lunes, 14 de enero de 2013


Mylo Gonzalez presenta..



MARIO DITIFET. 

Capítulo 0. Hola.

Hola.

Soy Mario Ditifet. Hijo bastardo de Barcelona.
Esto no te va resultar fácil de digerir:
He sido creado por un perro con rastas en el culo y su peor amiga, Aburri Mientototal. El bicho (Mylo Gonzalez) ha imaginado un personaje humano (yo) para que escriba en su nombre; él obviamente no puede. Qué quieres que te diga, dudo mucho que esto funcione, pero aquí estoy, valiente por cojones. Ya te hablaré de Mylo más adelante, supongo, de momento deja que me organice ..

Por mi apellido se deduce que he sido cagado al mundo sin más, sin pensar demasiado.
Siento que no sé nada, pero estoy lleno de experiencias. Estoy formado por una especie de amnesia controlada, un caos por orden alfabético o todo lo contrario. Soy improvisación meditada.
Para ya, solo caen intuiciones a mi cabeza canino-imaginada. Pequeños residuos que no sé si podré reciclar. Necesito un porro ..

Residuo número uno :
                    Soy directo. Probablemente demasiado. Disfruto tanto con mi capacidad de agresión que la exhibo como un niño a espera de ser aplaudido por la gracieta del día. No tiene ningún sentido, sobretodo para alguien tan sumamente frágil como yo, no tiene ningún sentido. Es la manera más torpe de explicar al mundo lo que no quiero; es una parodia innata, instintiva e insoportable. Y forma parte de mí.

Residuo numero dos :
                    Procuro no tener nada claro. Si lo tienes todo tan claro claro, siempre siempre, es científicamente imposible que conozcas la diferencia entre claro y oscuro. Como, habitualmente, no tengo nada claro, estoy completamente seguro de cuando sí, claro. Pero también me lo invento, a veces, porque me aburro y hablo demasiado, demasiado rápido. Llevo, aproximadamente, tres días de retraso en pensar lo que digo. Muy fuerte lo mío. Me encanto.

Residuo número tres:
                    Soy cocinero. A través de la cocina genero mi rutina cambiante = equilibrio, al menos a ratos. Hay cocineros que cocinan y otros que también alimentan. Eso hago yo, cocino y alimento gente, no quiero remediarlo.

Residuo número cuatro: (prepárate)
                      En algún momento me enamoré, y seguidamente deduje lo mal hecho que está todo en esta puta vida. Tranqui, ya te explico. Cuando entró la falta de sueño en mi vida, vamos a poner a los 17 o 18 años, me di cuenta por primera vez de que no todo se resolvía como yo decidía (muy mal). Mi cerebro solo pensaba en producir; hacer, hacer, hacer, era la única vía de escape a lo inevitable; estaba diseñado para eso. Corrí mucho, pero tardé cinco años en admitir una vida sin verle (muy mal, otra vez).

Residuo número cinco:
                     La maría de mi porrito atasca en mi cerebro, recién inventado, un nubarrón de premisas contradictorias sobre la mierda de sociedad / plaga en que nos hemos convertido los humanos. Como tres párrafos más. Pero no es el momento ni el lugar, paso de aburrientarme. Este perro está loco si piensa que voy a escribir todo lo que le pase por la cabeza. Fuera, delete a saco y cambio de capítulo.


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MARIO DITIFET. 
Capítulo II. No soy escritor.


El cartel ' CURSOS DE RELATO CORTO ' fue suficiente para recordar lo bien que me sentaba escribir; tan bien como un bocata de Nocilla, o el 'un, dos, tres' de Mayra Gómez Kemp. Apretaba el bolígrafo hasta empotrarlo en mis dedos con la idea de que no escapara ni una sola de las palabras que llegaban a mi cabeza a toda velocidad. 'Paraula viva' para Papasseit, histeria pura para mí. Entonces era un niño lleno de ideas hasta el borde (siete en total, igual ocho), ahora tendría que adaptarme a la frialdad de un teclado y, probablemente, a un exceso de experiencias que limitarían mi adolescente atrevimiento.

Sí, soy un cobarde, cada vez más, y qué coño! Que no soy escritor, soy un personaje inventado por Mylo (experto en orín de perra en celo). De cualquier manera desde que no tengo tele me da por hacer cosas, qué raro. Y, aunque paso de escribir, me apetece meter la nariz en el cursito ese (será mejor si aprendo a hacerlo cuanto antes, ya van tres capítulos de vómito literario).
Busqué en Internet la información pertinente y antes de pensarlo me inscribí. A ver qué pasa. El efecto fue inmediato; nada más clickar la opción deseada, según mi bolsillo y mi interés (por ese orden), una nueva historia empezó a crecer en algún rincón de mi cerebro.

El primer día de clase llegué con los deberes hechos. Había escrito un texto que, probablemente, nunca nadie llegaría a saber que lo llevaba puesto. Fue sin querer, se me había caído una palabra detrás de la otra, sin más. Una vez escrito (a boli) doblé el papel y vino conmigo siempre; no sé, parecía un conjuro o algo así. De ‘peque’ escribía cosas que quería que pasaran, luego me las metía en el bolsillo y ya está. Nunca funcionó.
Igual ya estoy mayor para eso, pensé en un momento de los que uso para pensar, si no fuera por la matrícula pagada me hubiese vuelto pa casa.

La historia de mi primer, o no, cuento, se desarrollaba en una escuela de relatos en la que me apunté. Contaba como conectaba de inmediato a nivel íntimo, tal como suena, con el profesor que impartía mi clase; y contaba como lo asesinaba, tras un bochornoso acto sexual, por supuesto; sin miramientos, con escaso pudor y un hilo argumental absolutamente imperceptible. Un cuadro.

La clase era fría, casi sin luz natural, excesivamente blanca, coronada por una pizarra enorme que me enamoró de inmediato. Éramos unos diez alumnos de lo menos interesante a primera vista. El silencio solo permitía entrada a los tópicos entre gente que no se conoce; empacho de amabilidad que se traduce como: no me hagas daño que soy de los buenos (como todos).
Apunto estaba de salir corriendo, escupiendo aburrimiento en la cara de quién me lo pidiera, cuando Ruben irrumpió en clase, uno. Dos .. Y hasta cuatro puntos, si te apetece …. El aire comenzó a entrar por mi nariz abriendo relajadamente mi torso como una infusión de canela y jengibre bien caliente (no la has probado nunca? Pues tienes que poner más jengibre).

Ruben era un hombre normal, como todos los hombres normales. Típico cuarentón normalucho, de apariencia más joven; estatura media normal; pelo castaño, con un corte normal, despeinado; barba de dos días y veinticuatro horas, y atuendo encajable en su personaje de literato normal. Ojos de ilusión con una pizca de miedo al primer día, normal.
Se sentó sobre la mesa copiando la imagen de 'el profe' que la tele nos ha enseñado y comenzó el discurso ensayado mientras realizaba un tour de miradas que saludaban a las nuestras, en un lenguaje innato y paralelo a las palabras. Aguanté con paciencia mis tres segundos de protagonismo para, seguidamente, empezar a imaginármelo frente al espejo del baño, en calzoncillos, practicando la presentación que ahora vocalizaba. Seguro que lleva los bóxer justitos de talla que le regalaron; él nunca los hubiese comprado pero son sus favoritos. Me lo imagino peludete y con rabo morcillón tras el gallumbo-telón. Adoro la rima fácil.
Efectivamente, tras dar los títulos de los libros recomendados, nos invitó a desnudarnos sobre el papel cuanto antes, sin miedos, literalmente sin tapujos. No pudo ponérmelo más fácil ..





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MARIO DITIFET.
Capítulo III. Els tres tombs.


Para la clase siguiente yo ya tenía adaptadas las descripciones del aula, compañeros y protagonista, a nuestra no ficción. Así, cuando pidió escuchar alguno de los relatos, me lancé de forma meditada, ésto fue: Esperar con cautela a que nadie se ofreciera y descorchar una semis-suplica de mi victima. Luego salté. Ya estaba dulcemente condenado. Si la vas a cagar, más vale que no te quedes a medias; disfrútalo, retuércelo.
En un momento dado terminé de leer. Mi conciencia resume: Típicas risas; inevitables comentarios en susurro que se derraman durante mi intervención; y merecido aplauso, al finalizar, que me da ganas de desaparecer, o convertirme en el hombre hormiga.  Nada de eso sucede.
Para mi sorpresa, tras una honesta felicitación (y una falsa disculpa por mi parte; por si, no sé... dudaba si presentar el texto o no… Vaya, gilipolleces necesarias (?) ), todo fue de una naturalidad curiosísima. 
La clase terminó y llegó el esperado apretón de manos; nervioso; prolongado; tapando el tacto con las palabras, mezclando las palabras con las risas. Luego, sin más, mi protagonista sugirió realizar unos comentarios sobre el texto, para redondearlo, mientras tomábamos un café.
Sé que, dicho así, suena pornográficamente fácil, guión de peli mala, pero el lenguaje no verbal se encargó de segar obviedades  tipo, no te vayas a pensar que .. De hecho, creo que nunca tuve la más mínima duda de que entre nosotros no habría otra cosa que una de las conversaciones más interesantes de mi vida, y nada menos. Bueno, vale de paridas, en realidad pensé; me lo voy a comer enterito en cuanto se descuide. Pasa, que éste es más pardillo que yo y no sabe cómo hacerlo; necesita un cable. 
  -En serio. Creí que me dirías amablemente que no perdiera mi tiempo y no te hiciera perder el tuyo o cualquier frase de  novela tipo, 'sé qué pretendes' o 'estás muy equivocado conmigo'. Pero no. 
  -Es obvio que estás equivocado conmigo. Te extraña? 
Me ponía cada vez más el hijo de puta. Mi paquete empujaba como un loco la botonadura del pantalón. Me alegré de no ir en plan 'comando'. Creo que era ese rollo de madurez hiperrelajada, conducida. Así que al final me lié;  total, ya que estoy .. solo tenía que  intentar ser más sutil de lo habitual.  Me habría tirado encima pero tenía que irse, dijo (Puta!).
-Dónde te va bien? (Tócate los huevos!). 
Adicto a la pereza propuse, para el Lunes a las 17.30,  'els tres tombs', como lugar de encuentro. Este mítico bar  frontera del Raval con Sant Antoni, queda a un tropiezo de mi casa y es lo bastante decadente y ruidoso como para crear la intimidad necesaria.

En contra de mis deseos, la tarde se presenta romántica; llueve a cántaros; el caos pasa del tráfico al cielo y del cielo al gentío que se mueve como si cayera ácido de las nubes. La lluvia siempre me excitó muchísimo; es el momento perfecto para quedar con uno de mis amantes y no para dar forma, de manera seria, a un texto pretencioso y carente de técnica literaria. Vaya, que ya no me emociona el tipo, casi ni recuerdo  cómo es, han pasado dos días, qué quieres? En fin, palante. Igual cuando lo vea me animo. 
Me esfuerzo en llegar tarde pero aún me sobran unos minutos que tengo que contar en pié, ya que el bar, enorme normalmente, se hace pequeño como refugio anti-ácido. Entonces le veo; como en un cómic, mal vestido para la lluvia, mal ata su bicicleta,  y mal corre envuelto en risa hacia la puerta contraria a la que me encuentro; le dejo buscarme. Cuerpazo, pienso.  Cuando logra verme hace un gesto de ‘tú qué’ con la cabeza, y luego otro de ‘mira cómo me he puesto’. 
La lógica nos lleva a mi casa y la excitación cambia el café por el vino; cómo nos reímos!. Nos secamos y nos ponemos cómodos. Hablamos de todo un poco y un poco a la vez; confirma mis sospechas sobre la falta de calidad del relato y se echa las manos a la cabeza por mi ortografía en pañales o mi capacidad para inventar palabras que, realmente, no aportan nada.  Luego, se pone payaso : 
  -En realidad el relato en sí, no vale una mierda, pero nunca he conocido a nadie tan valiente.
  -(Coño, que bestia) Casi podría decirte lo mismo, por lo de valiente digo .. pero sería mentira, yo conozco a más de uno.
  -Es curioso porque llevo un par de años trabajando en una novela sobre un gay urbanita que exige normalidad social respecto a su forma de ver la sexualidad,  y lo hace desde su actitud ante los demás. 
-Como todo personaje viviente, no? El rollo gay, ahí, me parece anecdótico.
-El caso es que tenía todo bien hilvanado hasta que leíste tu relato en clase.  Comprobé que mi historia tiene una falta de algo que no acabo de definir… quizá una falta de ‘tablas’, una falta de realidad que, posiblemente...  podría pulir descubriendo al hombre que escribió tu historia. Por eso .. bueno no sé, no sé que hago aquí. Fue un acto de improvisación. 
Nos miramos y nos partimos el culo de risa. Nos callamos un minuto, casi.
 -Entonces, ahora te la chupo y tú acabas tu novela. No? 
Callamos.
 -Está bien. Olvida el tema novela- Me dice gateandome hasta la boca.
Otra vez calla-reimos.
No volvemos a hablar hasta que, de mañana, le ofrezco un café. No quiere.



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MARIO DITIFET.
Capítulo IV. Empecé la vida muriéndome.



Coge una cebolla tierna, rehógala a fuego muy lento con un poquito de aceite y la tapa puesta; no hace falta que la cortes tanto ..  Ahora trocea un puñado de avellanas procurando eliminar toda la cáscara (envuélvelas en un trapo y frótalas entre sí, abre el trapo y sopla, ya no hay cáscara). Cuando la cebolla quede transparente, añade las avellanas troceadas y sube el fuego.. menos.. eso es. No dejes de mover la mezcla hasta que empiecen a sudar, tarda un poco. En ese instante, apaga el fuego y coloca tu nariz sobre el humo que sale del cacito, sin oler, cuidao no te quemes, deja entrar el sudor de avellanas.
Ahí clavé mi recuerdo durante toda la mañana, en el sudor de avellanas. Toda mi memoria olía a sudor de avellanas. A ratos, cruzaba ése olor con imágenes rotas de rincones de su cuerpo que apestavellanaba. Entero, cálido, velloso, avellana otra vez.
Qué mañana más completa. Mucho mejor que el juego previo, mucho mejor que el polvo en sí que, francamente, no pensé que sería tan bueno hasta que lo viví. No se terminaba, no se terminó. Pero mola más ,si cabe, ésta sensación ahora de sosiego, respiración perfecta, temperatura en equilibrio y silencio en la ciudad llena de coches. Me voy a la playa.
En días así (por sexo o drogas) me gusta caminar y me gusta recordar grandes cosas, particularmente me gusta acordarme de mis muertos. (Este Mylo es un puto psicópata)

Mi historia con los muertos empieza antes de nacer, cuando murió mi tío Mario, justo un mes antes. Yo tenía que llamarme Cándido, según me contó mi madre, en honor a un amigo de Castelldefels muy  rumbero, querían que fuese tan alegre como él. En vez de eso me pusieron el nombre del muerto, para hacer feliz a mi abuela (la que parió a la preñada) y mi abuela se hizo feliz. Ahora mi abuela está muerta; se murió de exceso de vida, o de vieja, que dicen, aunque suena feo para mi abuelita; yo aún me llamo Mario.
El siguiente en la historia de mis muertos fui yo, que morí nada más nacer. Esto no lo sabe nadie, ni mi madre, no podía contárselo; había perdido a su hermano hacía solo un mes y yo no aprendí a hablar hasta pasados unos años. Ahora ya da igual. El caso es que yo ya tengo el trabajo hecho. Empecé la vida muriéndome, por ese motivo  siempre empiezo la casa por el tejado y las comidas por lo que más me gusta, por si me piden fichar de nuevo antes del segundo plato.
Apenas cumplí cinco años mi hermano favorito decidió que no quería compartir habitación y se quedó en una cena con los mayores: Los pequeños a la cama, a partir de los catorce años ya puedes cenar con los, mal llamados, adultos. El niño tenía diecisiete y las manos más grandes del mundo. Qué cara, el cabrón, termina de cenar y se muere. Así como suena. No te imaginas la que lió.
Yo me quedé muy impresionado con todo menos con su muerte. Eso solo me importó, a ratos, después,
cuando no estaba.
Y luego tampoco estaba.
Y al final es que no estaba.
Lo peor es lo que hacen los que se quedan, menudo jaleo, durante meses. Y años. Por eso, de momento, prefiero no volver a morirme.
Otro día le dio su primer infarto a mi padre. Parece que con eso te mueres, así que, con la que pasamos la otra vez, resolvimos intentar entre todos que no sufriera más infartos. Dejó el alcohol (a pesar de lo que reía y reía yo de verlo reír), dejó el tabaco, dejó el café, de follar ya dejaron cuando nació mi hermana pequeña, antes se hacía así, no quieres hijos.. no folles.  Pero no dejó de trabajar. Cómo voy a dejar de trabajar… si no trabajo, no puedo… tengo que trabajar (educación de post-guerra; remontar ruinas sin descanso y sexo sin placer ni condón, siempre por el amor de Dios, naturalmente).
Nuestra misión se centró en no darle disgustos a toda costa:  Ni peleas, ni impresiones demasiado fuertes. Y si nos toca la lotería?  Calla niño, no digas tonterías.
A partir de ahí, peleas en silencio y pellizcos a lágrima aguantada entre hermanos.


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MARIO DITIFET.
Capítulo V. Intentó no morirse pero 
no llegó a tiempo.


Una noche llegué a las cinco o seis de la mañana tras la celebración de un estreno con el grupo de teatro del pueblo. Estrenos así hacíamos uno o dos por año, así que fue un fiestón.

En aquella época yo compartía habitación con la otra de mis abuelas, la que roncaba. Por eso entré muy despacito en el cuarto. Cuando la abuela no sonaba lo mejor era no despertarla. Apunto estuve de dormir en el pasillo. A final entré, tropecé, me llevé por delante la silla de siempre, me reí, intenté no reír, reí más aún; pensé bueno, basta de hacer el capullo, y decidí avanzar del tirón, total, ya estaba esperándome seguro, pues no era lista la Sra. Nicolasa. Cuando entré se me pasó la risa, y la borrachera.
La Nico estaba sentada en la cama, con los pies a un palmo del suelo, casi tumbada, en plan abdominales. Intentó no morirse  pero no llegó a tiempo y se cayó hacia atrás. Era evidente, aún así le hablé, por si acaso, es que tenía muy mala leche, y cuanto más te quería peor. Como a mí me quería un montón, le hablé. Luego la toqué, estaba fría, nunca había visto un muerto tan de cerca (salvo a mí mismo) pero eso era frío de muerto, se sabe de inmediato. Se murió viva. Con razón se perdió el teatro ayer, ya me extrañaba. La acosté, estiré sus piernas y crujió; luego me pareció que respiraba y, efectivamente, echó aire, aire de muerta, con ruiditos.  La arropé y desperté a mi hermano mayor (somos un huevo de hermanos) por si sabía algo que yo no. Cómo vamos a enterrar a la abuela sin que se entere el papa? No podemos darle ese disgusto, es su madre, y si le da otro ataque?
Fue automático:  dejé a mi tete con ella, como si necesitase compañía, le pedí que se asegurase de que estaba muerta y bajé a buscar a mi madre, que lo sabe todo. Le mentí,  sube que la abuela está muy mal. Ella entendió que tenía que creerme, ya te he dicho que lo sabe todo, siempre. Mi padre quiso subir, le dije no, corre, saca el coche, vamos a por el médico que no se puede mover la pobre. Le tranquilicé por el camino (siempre fue muy poca cosa), tranquilo, mira la carretera, ya sabes que está muy mayor, cualquier día… (siempre fui muy mal actor).
El médico de urgencias estaba durmiendo. Pero, seguro que no está muerta? Con una mano conseguí que mi padre no lo matara y con éste piquito convencí a ese hijo de puta para que subiera al coche. Llegamos. Era evidente que llevaba horas muerta. El médico me empujó con la mirada, pero se cortó de decir nada. Del resto de la mañana se ocupó mi madre. Mi padre sobrevivió unos años más y yo pude dormir la mona. La abuela se quedó junto a mi cama. Para siempre.

El día que mi padre decidió morirse yo ya había empezado a estudiar teatro, pagando y todo...  Vamos, yo era actor, y lo fui hasta que dejé de estudiar.
Esa mañana mi hermana, la peque, se durmió, por eso él la acompañó en coche al trabajo; yo aproveché el viaje hasta la estación de tren. Al despedirse, me habló por primera vez en su vida como en las teleseries de hoy, tipo, estoy muy contento de lo que estás haciendo, cuando te empeñas en algo vas directo a por ello. Por supuesto, nunca estuvieron de acuerdo con mi elección, no relacionaban teatro con estudios y menos con dinero (yo tampoco), pero a mi padre le molaba eso. Una vez me dijo,  -Qué bien que lleves todo  el día sin comer si no te gustan los garbanzos, pero no se lo digas a tu madre-. Claro, era tan pequeño que no entendí nada.
Luego, ese medio día, mientras preparaba doce quilos de puré de patatas en el restaurante del Pueblo Español en el que pasaba las mañanas, me telefoneó uno de mis cuñados, el que no bromea.
Tomé un taxi desde Barcelona hasta el tanatorio de Viladecans creo, o era un hospital?, sí eso, un hospital, bueno da igual. Mi cuerpo amortizó el viaje llorando un poco. Tenía imágenes cruzadas  de esa mañana, y del día anterior en clase de teatro. La profe nos pidió que desahogáramos una angustia muy fuerte sobre el escenario. Algo íntimo que no hacía falta explicar. Algo que pasó o que podría pasar. Nunca dijo algo que pasaría mañana. Mi padre estaba muerto y yo ya me había desahogado, qué putada. No sabía si   sentirme adivino o asesino. Como te decía, lloré un poco en el taxi y otro poco una semana después, cuando me escapé, en pleno luto, al concierto de los Ramones. La Cris y el Felipe se peleaban por no sé qué y yo me puse a llorar de golpe y super a gusto. No me salió antes. Le dije a mi madre que me regalaron la camiseta 'ramones' para animarme. Esa camiseta .. creo que se desintegró conmigo dentro.
El resto de mis muertos se lo hicieron sin mí. O bien me escondí, o bien siguen vivos pero pa el caso .. . Alguno estaba con un pié en el otro barrio cuando perdí su pista. Con el tiempo me he hecho un experto en perder pistas. Cierro oídos y ojos, me enrosco como si hiciera frío, en plan bicho bola; me hago el tonto, silbo, me emborracho, lo que sea.
 -Que no te acerques t'edicho! Que pires, coño! Piras o pillas?!?!
Un perro..  lo abandono, un gato..  que reviente, le maullas a tu puta madre, yo paso. Cansa.


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MARIO DITIFET.

Capítulo VI. De otro planeta.


He perdido un capítulo. Soy tan capullo que nunca recuerdo cuál es la tecla de copiar y pegar. Quería enviárselo a Luis, pero hice algo, no sé qué, luego salvé los cambios y desapareció. Puta resaca.
Soy digitalmente patético. También soy patético cuando me tomo un par de rayas y acabo explicando al hetero de turno lo mucho que me gusta comer pollas y que si quiere una raya o una mamada, pim pam. Pero ese patetismo no duele tanto, sobretodo cuando el hetero acaba en el baño conmigo. El patetismo digital va mucho más allá, porque te hace inexistente. Ese capítulo ya no existe. Sé como se llamaba (Capitulo I.  Me quedé sin tele); podría hacer un esfuerzo de memoria, y lo haré, pero no será nunca el mismo. De hecho, ninguno de los capítulos existe, vaya, que no están escritos en ninguna parte; veo las letras en la pantalla pero en verdad no están, son mera ilusión construida a base de unos y ceros. Mylo-matrix a la Ditifet. Coño, que chungo me estoy poniendo..
No puedo más conmigo, voy a hacer una paella. Eso me pone bien. No la paella en sí, más bien la preparación.  Me armoniza, me equilibra. Va a ser de arroz integral, verduritas, algas, salsa de soja y molaría incluir unas gambitas o un calamar; o de bacalao con alcachofas, que quede más negrilla.
Chupo el plástico que quedó del finde sobre la mesa y a la calle (joder, qué asco! Dónde habrá un vaso limpio para el agua ..) a ver el mercado cómo está. Hoy no abren, no?
Está ruidoso, húmedo, un poco triste porque el género es del Sábado y sabe que la gente no compra en Lunes, y sabe que mañana tendrá que vender al  sábado como Martes. Mamá me está subiendo esto ..
Me lo paseo y casi no miro los pocos puestos abiertos, miro la gente, soy adicto a la gente. Ahí veo un buen culo que pertenece a un tipo. Está en un puesto de verduras tocando la fruta. Toda. Al final la mujer le dice que no toquetee el género. Si no toco la fruta, cómo voy a saber que me gusta? Yo no hago las normas. Pues debería (se me escapó) es su casa. Gracias por el apoyo, iré a otro puesto y ya está. Ven, yo conozco uno donde te dejan tocar. La verdad es que la mujer tiene razón, no quería comprar nada, solo tocar la fruta. Toda. Tú eres un poco rarito. Y tú eres un peliculero, qué manera de ligar más.. original, estás enganchado a un culebrón de la tele o a Woody Allen? No,  me quedé sin tele, es que soy un personaje inventado. De cómic?  Sí, creo que sí, de cómic me gustaría, también soy patético digital. Menudo currículo. Ya, también soy patético cuando ..  olvídalo. Vale; yo soy de otro planeta.
Qué guay!  Te gusta la paella?
Con alcachofas y bacalao.
 Hecho, vamos.


By Matias Fessia

Comemos y luego nos besamos un montón. Le toco el paquete; abro la bragueta y coloco su polla en mi mano. Me la meto en la boca antes de que endurezca. Salsa de soja, chile, carne roja, cerezas, naranja, melocotón (ese no, más tierno, jugoso, acuoso), flan con fresas y yogur, café y chocolate en cada succión; cinco pimientas entre las nalgas y otra vez avellanas en el cuello. Cuando el cuerpo dice, me corro mucho, despacio, y no para de besarme donde puede, y escupe. Luego me folla el hijo de puta. Tú-no-sabesloqueeseso ..

Pues sí que eres de otro planeta. Ya te lo dije. Cómo es?  Prácticamente igual a éste; ven  ,..aasí. ..tás cómodo? Tú? H´mhm. Mira, el cambio radica en las prioridades, la gente de mi planeta enriquece con el conocimiento personal, somos menos y todas las materias  se reparten sin mucho problema. Tú vienes de una comuna hippie, te dieron LSD con el biberón y te quedaste así. En realidad no consumimos según que drogas hasta los veinti-tal, cuando nuestro organismo se ha terminado de desarrollar. Desde luego el tuyo está muy bien desarrollado, ya te digo yo. Pero, no creas, no siempre fue así; el planeta, digo, no el cuerpo; parece ser que cien años atrás eramos como vosotros. Por eso he venido; estudio 'historia y evolución de la sociedad planetaria', visitar la Tierra se supone que es como visitar el pasado. Así que estás de erasmus.. y por qué cambió todo según la historia?  Según la historia (aunque yo busco mis propias teorías) se cumplió un ciclo natural que, sumado a las leyes de la casualidad y la contradicción, concluyó en un silencio absoluto durante, al menos, diez minutos ¿ te lo puedes imaginar? Ni una palabra. Absolutamente todo el planeta. Diez minutos. Eso provocó un cambio de mentalidad lento pero contundente en todas las generaciones vivas al unísono. Disculpa pero creo que, unísono, no es precisamente  la palabra más adecuada. Es verdad, qué gracia; el caso es que al principio nadie notó nada, todo parecía igual; pero los años y los cambios posteriores hicieron concordar a científicos y filósofos en que aquél sería el día uno del año cero; el día del silencio.
Si va pa largo me hago un porro, a ver si me sale.
Bueno, hazlo.
La obsesión por generar riqueza fue dando paso a la obsesión por meditar. Absolutamente todas las sociedades detuvieron progresivamente las prisas. Incluso la natalidad empezó a descender vertiginosamente, hasta que decidimos que engendraríamos almenos un hijo, por individuo, a lo largo de una vida (mantenimiento de la especie).  Los  cuidamos y educamos solo hasta los 14, luego se van, todos. El concepto pareja existe, por casualidad, lo más usual para establecerse, son tres. Otra que echo de menos, es que los coches privados son absurdos allí. La naturaleza tiene más terreno.  Para que te hagas una idea, hay más o menos una familia por edificio reciclado, y cada uno de estos edificios reciclados tiene, al menos, una planta entera sólo para viajeros menores de 28.
No me aclaro.
Te explico un poco mejor:  La enseñanza primaria es hasta los catorce, luego se estudia, si apetece, pero no hay que elegir carrera hasta los veintiocho. Lo que se hace es viajar, no hace falta dinero entre los 14 y los 27 (siempre que te estés moviendo, claro) pero puedes trabajar cuando quieras y parar un poco. Como mola, no?  Sí, eso es lo que más gusta cuando lo cuento. Me estás vendiendo algo? Por dónde iba... una vez cubiertas las necesidades mínimas, no son necesarias más de 5 horas al día para producir (eso es  factible cuando se elimina todo lo que no es realmente necesario, y cuando se elimina lo obligatorio; uno se queda más tranqui), el resto del tiempo es el verdaderamente bueno para la sociedad, es el que te ayuda a crecer.
Bffffffffffff.. quieres?
Gracias. No acabo de entender cómo,  el poder se centró en el conocimiento; conocimiento individual, digo, no en la acumulación de información o de moneda o cosas. Es lo que investigo ahora, de dónde viene tanta inseguridad ( ). Las religiones, son terápias utilizadas frecuentemente, puedes inventar una cuando quieras, pff, el mercado es amplio, pfffff, y a la gente les sienta bien. Está rico esto..  Somos muchos viejos, por eso. Bueno yo no, yo solo tengo cincuenta y cinco. Sí claro, y yo soy Raphael, dame, tú no fumas más.. Que sí hombre. Con cincuenta y cinco en mi planeta es como aquí treinta y dos, en serio.
Ah, bueno, entonces sí.
Somos tanta gente mayor que todo tiene un sentido distinto. Cualquier rincón del planeta es bueno para morir y  morir es más barato, no cobra tanta importancia.
Ahora, no te lo vas a creer, está muy de moda la frivolidad, hay una tendencia en determinados lugares a recrear la vida como era antes, se compra mucho, se ahorra, incluso se va al cine, hay ciudades enteras así. De hecho, mi estancia aquí la promueve una revista de moda, 'Super-freaks' .. Es como si hubiera nostalgia del miedo.
También hay psicópatas, asesinos, enfermos mentales peligrosos, pero la tecnología ha evolucionado tanto que no los encerramos para protegernos ..
Ah no? Y qué hacéis con ellos.
Los enviamos a otro planeta.. y punto.
Niño, tienes que salir más, estás fatal.
Qué sabrás tú.
Pues mira, tengo una teoría; te enviaron aquí porque mientras tú estés en éste planeta será imposible que estemos en silencio más de tres minutos. Tu planeta se llama Buenos Aires boludo?
Me voy a follar tu teoría, cabroncete.
Anda marcianito, bésame más.
Vale.


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MARIO DITIFET.
Capítulo VII. Capítulo primero. 
Me quedé sin tele.


Los extraterrestres son agotadores, pero sientan muy bien, como la paella. Estoy tan relajado que me llega a la memoria el capítulo que perdí, todo de golpe, como el que recuerda de repente dónde están las llaves.

Capítulo primero. Me quedé sin tele.
Pues eso, a joderse:
Resulta que ellos (no sé quién exactamente), decidieron un buen día, que por el bien de nosotros (tampoco sé quién exactamente), se procedería a cambiar todo un sistemazo gracias al cual se veía la tele; ese aparato ruidoso con el que nacimos, con el que nos dieron papilla, y con el que nos pusieron a dormir muchas tardes y noches sin salir aún de la cuna. Esa caja histérica con la que nos levantamos y nos acostamos. Esa ventanita brillante que nos marca las pautas de comidas, festivos y fines de años y años. Ese mismo invento que nos dice en qué creer; qué está realmente de moda; a quién odiar o por quién sentir pena. El mismo que nos acostumbra al no silencio. En fin, toda una vida adicta a la tele-pantalla que, de pronto, se ve amenazada por un APAGÓN. Analógico, pero apagón. Será gratis?
Confieso que al principio pensé que no se atreverían. Probablemente todo el mundo se compraría sus aparatos, se montarían instalaciones e historias diversas, todos tendrían su hueco para el timo, pero luego todo seguiría igual. Sin embargo, cuando hace unas semanas emitían el anuncio del pobre abuelo que se quedaba en blanco y negro tras el apagón (sí, el de 'alma de cántaro'), la angustia se apodero de mí y decidí averiguar si sobreviviría a una condena de tal magnitud.

La solución pasaba por pedir a la finca que me instalara la entrada de antena de la que carecía (pasé los últimos 12 años con una antenita de cuernos del chino, 5 eulos), y se desintegraba justo en la puerta del balcón, ya que de ahí hasta mi tele (2 metros en línea recta) la broma salía por 50 euros. No me pidas que te lo explique; el instalador hasta me mostraba cómo hacerlo, si quería, muy fácil, dijo. Pero no lo hizo.
Primero pensé en bajar a la calle, comprar el cable (de unos 8 metros, para poder bordear la puerta del citado balcón) y metérselo por el culo; pero, a quién? Vivimos en una sociedad de escaqueo general en la que nadie asume responsabilidades, o sino, que pregunten a cualquier empresa de telefonía, cualquier banco o cualquier caja de(je)ahorros. Luego pensé, bueno pues lo pongo yo, quejica, total .. me guardo los cincuenta y me compro ese dildo compacto a una anilla de metal, con el que llevo años soñando.
Al final, una vez más, triunfó la ley de la pereza. Me quedé sin tele (tampoco me compré el juguete). Que se jodan; las famosas listas de audiencia tendrán que sobrevivir sin mí, ya vendrán llorando después.
Pero, y el APAGÓN? El apagón analógico marcaría un nuevo destino en mi vida. Seguramente tendría algo de mágico; un buen día estoy viendo la cara de Belén Esteban, esforzándome para descifrar su lenguaje y atender a su mirada (dónde coño mirará to el rato esta mujer, por Dios!) y , de repente! se realiza E L  A P A G O N. Un fundido en negro .. Podría echar unas chispitas o algo, no sé, un poco de rollo; una cuenta atrás .. Si me pusiera, sería capaz de llorar.
Pues no, de apagón nada, más bien al contrario. La pantalla brilla más que nunca y un cutre-texto, negro y estático, sobre un fondo sábana, si tus sábanas son blancas, te recuerda como salir de la falsa oscuridad. TDTelízate.
Cambié la tele por el facebook; ahora tengo amigos que no conozco. Muy triste.
Qué hago?
Me pongo la botas y salgo a la calle. Voy al 'Gato del Raval' a alquilar unas pelis pero un cartel en la puerta de una tienda capta mi atención.
By Bruno Tessier

MARIO DITIFET.
Capítulo II. no soy escritor.


Ala, ya está. Bueno, he cambiado algunas cosillas pero que a gusto me he quedao, coño. ¿Ahora, vuelvo a la cama-planeta o paso por la ducha? Puedo hacerlo todo, mola.


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MARIO DITIFET.
Capítulo VIII. Mi cremallera.


Pasé más de cinco años drogándome prácticamente todos los días. Genial. Mis camellos, sin embargo, opinaban que lo mío no era nada comparado con la mayoría de sus clientes -Eres tan adicto como Heidy esnifando Mimosín-. Pero yo no lo veía así. Tampoco lo veo así cuando la gente habla de Barcelona como una ciudad pequeña; vale, lo será, pero para donde alcanza mi vista es lo bastante grande, me llega. Claro, 
al final me aburrí, 
fue eso, no quería tomar más cantidad ni probar cosas nuevas, bueno sí quería, 
pero me aburrí.
Mi vida se convirtió en un billar sin agujeros, 
MEABURRÍ. Me a bur rí.
Pensé; cambia de cuadro. El cuadro nuevo fue Londres. Me advirtieron de lo grande y frío que era. Por eso, a mí no me pareció tan frío. Por eso, no me percaté de que me hice muy pequeño.
Dejar las drogas, o aparcarlas, me hizo tan pequeño que tuve que esconderme detrás de mí, del mí que conocí por ahí de fiesta, no había otro a mano. Dibujé una línea de puntos por toda mi silueta y me recorté con cuidado, luego, me auto-adherí a mi espalda. Inocente ..
Empecé a hacerlo todo sin hacer nada; 
empecé, sin querer, a morderme el rabo dando vueltas sin parar, 
no vale la pena contarlo todo. 
Fue como el agua del váter que cae llena de mierda y sin remedio, 
todo el rato. 
Todo es TODO. 
En Londres funcionó porque TODO, era grande (todos eramos pequeños). 
En Barcelona, TODO, cambió despacito. 
No te das cuenta de nada. 
TODO fue NADA.
Me desconvertí; era una escusa frente al espejo. Era un tripi-pesadilla sin L, solo con S, o D, no me acuerdo.

Nada más volver, entré por el lado equivocado y se abrió el telón:
Participé de un espectáculo de Estrellas huecas disfrazadas de
trapecistas,
payasos
y mujeres barbudas.
La caravana del rencor.
El jefe de pista se encontró sólo, completamente abandonado, y me pidió ayuda para levantar la carpa. Le sugerí llamar a la mujer León, la Diosa León, capaz de distinguir los sonidos de la selva. Entre los tres cosimos los harapos y alzamos
un circo de aire.
Un circo solo visible por dentro, 
lleno de ganas de respirar.
Luego llegaron los demás y comenzó nuestro viaje. Un buen día llegamos a la isla del oro y entonces, empezó a llover. O chapitô se empapó hasta hundirse. La isla del oro pasó a ser la isla del fango. Fangoria relativa.
Nuestro barco no podía desanclar con tremendo temporal.

Antes de darme cuenta, tenía tendidas tres camisetas de culpable en el patio, empapadas por la lluvia incesante. Coincidieron, un día que se aburrían, en que yo atraía a la lluvia.
Sin ruido y sin silencio,
oí al saltimbanqui, que no sabía guardar secretos; siguió la mujer barbuda que miraba mal, o no veía bien, tampoco me acuerdo; y los vendedores de risa, que decían que estaban de mi parte. ?!. (Fue así como supe que había dos partes, como poco). Incluso el domador de arañas decidió condenarme. (Se lió con el hombre invisible, y desapareció).
Tienes que ser tú que no sabes quién eres,
tienes que ser tú que eres falso,
tienes que ser tú que tienes miedo,
tienes que ser tú que callas,
tienes que ser tú que hablas. Tienes que ser tú ..
El caso es que cuando quise reaccionar me tenían sujeto de piernas y brazos, me destriparon completamente y repartieron mis vísceras por toda la playa.
Tardé meses en encontrarlas.
Las guardé de nuevo, poco a poco, limpiando la arena con cuidado (algunas tuve que tragarlas para que volvieran a su sitio). Cuando terminé me agarré con las manos el estómago para no perder nada y esperé.
No sabía qué hacer.
Simplemente,
no sabía qué hacer.
Me agarré a mí, y esperé.

Nueve meses después dejó de doler y me fui a Portugal. Buen parto. Allí, cansado de tener que sujetarme siempre la tripa para no perder nada, visité a un curandero que, primero, me leyó la mano, gratis. Me dijo que llegué a Lisboa para aprender a dejarme querer. Luego me cosió una cremallera, por si alguien creía oportuno repetir la operación, así no dolería tanto, dijo.


By Christopher Seager & Felipe Rojas

Hoy, todavía no sé dejarme querer, pero mi cremallera forma parte de mí, como mis orejas o mi nariz, órganos sin los que yo no soy nadie. No sé si había algo que aprender, más bien prefiero no recordar porque la cremallera sangra y no vale la pena. 
Yo sigo siendo yo 
y a ratos, me escondo detrás de mí, que aunque no te guste, 
también soy yo.


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MARIO DITIFET.
Capítulo
 IX. Visca el Barça.



Esta noche no se sale. Me apetece ponerme ante la pantalla e inventarme, o no, una vida de cebiche fresquito. A ver qué piensa el perro éste..
Acabo de cenar, estoy escurriendo el resquicio cocaínico que encontré en la caja de los porros. Pa dentro; mmm, ahh! Pues no, es speed. Si apesta a speed .. Vale, primero me acercaré al 'paki' a por unas birritas, también debería comprar tabaco. 
Ya que estoy comiendo asfalto, voy al Zelig, a dos calles; pido cambio en la barra y saludo a Michel, el dueño, que ahí anda como siempre. Quieres un 'chopito'? Claro. De qué lo quieres. TEQUILA.

Tengo la boca super seca. Me duele la mandíbula. Creo que he perdido la nariz, al menos no la siento. La habitación apesta a varias cosas a la vez, todas desagradables, todas me gustan. La persiana deja entrar la luz del sol, eso quiere decir que ya no es de noche, que igual nunca lo fue. ¿Amanece o atardece? 
Levanto una ceja que se acompaña de la cabeza. Desde la cama veo la mesa del sofá llena de latas de cerveza y unas cuantas botellas altas. La tocha me huele a coca.. ¿Coca? Suena la cisterna del váter. !Un intruso! Clavo los codos al colchón y miro en primer plano; calzoncillos, condones sucios, gel.. aceite de oliva! #¥ Puto tequila. Dejo caer el cuerpo y me doy la vuelta, haciéndome el dormido, a espera de que la memoria despierte.
A ver, después del fatídico chupito, piensa Mario. Doy al rew hasta llegar a la barra: alguien se acerca con el brazo levantado, saludando. Coño! Roberta. Este tipo siempre me cayó de puta madre. El problemilla es que me acosté con su chico después de rechazar un trío, con ellos dos, se entiende.. Como te decía, éste siempre me cayó muy bien, estaba liado con un modelo de pasarela tremebundo; después de cruzarnos unas noches, me propusieron echar un parchís, vaya, una tarde de puzzle en casa, y les dije que no podía, que el modelo me encantaba pero Rober no me ponía, que mejor hablar claro (aún era joven e idiota. Yo, digo.). Claro, Robertote no saltó de alegría pero tampoco es pa tanto. Luego, el modelo tardó menos de dos semanas en encontrar nuestro momento a solas con la escusa de cocinar ketamina en su micro. Todo bien hasta aquí, si no fuera porque somos tan guays y tan sinceros que, el guapo (cuyo nombre nunca recordé), acabó por contárselo a Rober, que me odió pa los restos.. Pero a mí me encanta el tipo y de eso hace ya mucho.. además, ahora sí me pone. He madurado, es un hecho, qué pasa!
¿Qué pasa loquete? Cuánto tiempo! Nos besamos y nombramos de memoria todos los afters de la época. Nos saltamos el capítulo del modelo, y el de todos los hombres, hasta su actual polvo. Sí nene, es un bombonazo, me trae loco, ahora lo verás, está en el baño con una niña monísima, le ha despertao su lado hetero, cuando vengan te invito a una raya. No, si no voy a salir. Ya, pues no salgas. Mira es ése. ¡Madre del amor hermoso! Qué suerte tiene este hombre, debe tener un radar especial para cazar chulazos, con lo feucho que es el picúo. El yogurcito se acerca, chulo-macarra total, marcando chándal por encima de una camiseta del Barça de los 80, por lo menos, cuando el azul-grana era azul y grana; un ‘skinet’ de leche condensada.
El cabrón está tan bueno que sonrío cuando el intruso de mi lavabo empieza a lamerme el culo mientras sigo simulando que duermo.
Su imagen se adhiere a mi retina como papel pintado durante tres segundos; ni me percato de la niñata que le persigue. Pero bueno! Si es mi tete! Por fin te dejas ver, abuelo, ven aquí anda … . Sí, mi hermana, 18 años pero con más pollas en su currículo que el mismísimo vaticano. Siempre creí que me quedaría con el título de zorra en la familia pero no pudo ser, en apenas tres años me desbancó la hija de puta. También es la persona que mejor abraza del mundo, mínimo un minuto, siempre de vedad.
Joder llevo toda la noche sin salir del lavabo, ala vamos. Que no niña, que paso. Todos se ríen. Qué pasa flaco, me dice el garrulo ¿que vas de sanote o qué? Mientras habla me toca con un dedo el abdomen, como buscándome las cosquillas, empalmo de inmediato. Pienso: visca el Barça y cojo a mi hermana de la mano para empolvarnos juntas la nariz.
Vale, ya voy cuadrando algo.
Mi intruso de la mañana está comiéndome el rabo y, con tremenda erección, no puedo darle esquinazo; mientras, sigo recordando a ojos cerrados.
Después de músicas, puertas peleadas por ir con una chica a sitios gays, los únicos que hay, como dicen los gays, convenimos excursión a casa de mi hermana, cerquita de la mía. Vale. Los chicos deciden, sin preguntar, que el incesto no es bueno, así que me quedo con mi amigo y mi peque con el bombón. Ella es grande.
Pa empezar todo bien, estoy salidísimo a estas alturas y el primer cuarto de hora es estupendo. De repente todo me da mucho morbo. Pero al primer bajón me veo a mí mismo siendo intenso al rozar mi cuerpo con otro. Me veo intentando esperar a correrme. Me veo pensando a ver lo que pienso. Me veo to el rato, coño, no puedo más. Mira, no puedo, no estoy. Tranqui, ya pasa, ¿estás hecho un jaleo verdad? vamos con éstos y nos hacemos una. Vale. Luego seguimos, piensa. Yo también lo pienso por un minuto. Salgo en pelotas mientras Rober se entretiene, se entretiene eternamente, o eso me parece. En el salón está la mesa con las rayas, detrás, el niño en el sofá con la camiseta blaugrana, un rabo delicioso a primera vista y mi hermana debajo, sonriendo. El polluelo le coge la pierna a la niña como a una vedette de El Molino y me hace un gesto con la cabeza invitándome a sushi. Venga tete, remata la otra, a ver si es verdad lo que se dice de esa lengua.
Ahí, mi intruso de la cisterna, el que pasó por el culo y la polla, empieza a tomar forma encima de mí, y empieza a meter parte de mi cuerpo en el suyo, muy apretao, muy placentero. Se ha hecho un porro. Es lo más este tipo.
En mi memoria, mi hermana sigue sonriendo y yo me acerco. En un pimpam me tomo un tirito sin rulo, y acerco la nariz a su vagina, tierna, cariñosa, para mancharla de coca. Saco mi lengua medio seca que se humedece de inmediato. Le doy lo que pedía y me lo cobro. Le paso, solo el sabor, a los labios del culé y me levanto con la coreografía justa para dejar que me huela en una décima eterna de segundo. El crío me chupa la axila con su lengua enorme y blandita. Perro bueno, perro bonito.
En mi cama me corro, se me abren los ojos y el intruso se ríe. Cierro los ojos pero me da vértigo seguir recordando. Creo que me metí otra punta, cómo no, y empecé a vestirme, no me apetecía hermanita en su jugo. El resto, simplemente, no te lo vas a creer.
La única elegante es mi supernena que en medio minuto encuentra un juguete en un cajón, se dirige a su habitación y me pide que no le deje a nadie en casa. Abajo, en el portal, me encuentro atrapado entre un andamio (Barcelona posa't guapa) y una historia absurda; el niño quiere venir conmigo y el otro, balbucea algo tipo otravezno; a mí nadie me pregunta, por cierto. Al final, les beso dos labios a cada uno, les empujo para que marchen y piro.
Subo las escaleras rápido, la culpa no es lo mío. 
Me hago un porro. 
Con una mano estiro unas puntas y con la otra me toco el paquete cuando pican a la puerta. Es mi intruso, con seis paki-bier en la mano (6 por 5) y su sonrisilla ensayada de malo malote. 
Ven aquí golfo.


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MARIO DITIFET. 
Capítulo X. Bolsa para egos.


Un abogado, un profe de lengua, un payaso, un chapero, un par de bomberos, a la vez; d-jotas, diseñadores y cocineros a patadas (es lo que tiene la Condal); un cura, un mosso d’escuadra, un masajista, un cantante, un cirujano, un político de no sé qué partido; una drag-queen, varios militares de diferentes ejércitos; un timador, o eso decía, un vividor, o eso creía; un carnicero, un skin-gay con su novia, un butanero, un portero de discoteca, casi todos los camareros, un falso escritor, su hijo y el gemelo de éste (uno al mes); diferentes deportistas, un inútil total y unas cuantas profesiones más que no recuerdo o nunca supe traducir. Durante una época me dediqué a coleccionar profesiones. 
Antes coleccionaba las camisetas, que pedía después de cada polvo, con la escusa de que la mía olía mucho a tabaco, pero la ley 'fuma en la calle maricón' me dejó sin escusa (y sin camisetas). También coleccioné nacionalidades, pero la globalización me colapsó cuando me lié con un catalán, nacido en Nueva York, de padre rubio y madre gitana, gitana moderna, pero gitana (lo que costó que esa boda tirara palante)-Melemporté a niuyor perque naixera tranquil; si lo deixo al teu llit es bé per ser el único marica del que'm refio. No, no rigas. Quiero que mañana siga tranquilo, m'estasentenent Mario?- Madres.. (no folles con los hijos de las amigas, si pot ser, se ponen mu pesás). Claro, la colección quedó obsoleta en un plis..
Pero mi colección de profesiones sí es digna de mención.
Lo primero que hacía era preguntar a qué te dedicas, antes del nombre que olvidaba (y olvido) de inmediato. Si el tipo no me gustaba mucho pero tenía una profesión nueva me lo agenciaba, si repetía profesión, era porque estaba buenísimo. Y una orgía bien podía ser una reunión del gremio en cuestión, pero eso nunca lo conseguí; algún encuentro de ex-compañeros de curro, rabo en mano, sí que cayó, pero, aunque trabajaran conmigo, tenían diferentes profesiones entre sí, no cuenta.

Esos años, resultaba difícil entrar en una fiesta, por grande o pequeña que fuera, sin cruzarse con dos o tres amantes, de hecho, lo difícil era encontrar uno que aún no hubiera cacheado al menos, como casting improvisado, en el váter de turno. Y es que cuantos más tenía más pequeños se hacían. Podía meterlos en cualquier parte. No estaba mal, mi ego crecía con salud hasta que se compinchaban para hundirlo. Cada vez ocurría con más frecuencia; Sobretodo después de follarme a todos mis amigos. A ratos me lo dejaban perdido de mierda, pobrecito. Pero tengo un ego que cabe perfectamente en la lavadora; aunque no puedo tenderlo fuera, con tanta contaminación y esa peste a suavizante barato, no no, de ninguna manera. Mi ego es de bajarlo, dos veces al año, a las lavadoras gigantes del barri, pasarlo por la secadora, también gigante, y luego arrastrarlo por la acera de Salvadors hasta el numero 5, porque no tengo bolsa para egos. Así que siempre me lo pongo sucio, sucio de calle.

Me encantaría seguir leyéndome pero no sé dónde voy. Lo de mi colección de profesiones seguro pertenecía a una idea primera, algo que recobré de entre mis resíduos, como recordar que mañana tienes que ir a trabajar. Pero después de leerlo me doy cuenta de que no. Al menos de momento, no. No viene a cuento. Me saliva el ombligo.
Llamemosle 'Todo es mentira' o ' Residuo numero seis'.


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MARIO DITIFET.
Capítulo XI. Plastidecor.


A la vecina le dio por captar almas para su rebaño y a mi madre por deshacerse de parte del suyo, por lo que fuimos prestados, cada Domingo, mi hermana y mi persona, durante mogollón de tiempo (o a mí me lo parece ahora que lo pienso).
De ésta manera entró Dios en mi vida, por cojones. La verdad es que fue muy entretenido; muchos niños, cancioncillas, colorear, juegos, y de a poco, entremetían información curiosa sobre milagros y cosas increíbles que solo un ser maravilloso puede hacer. Mamá ¿por qué se llaman protestantes? Porque no están de acuerdo… y protestan. ¿Ya has hecho to lo que te he mandao? A ver, qué t’he mandao? Por Navidad nos daban regalos, más cancioncillas y más juegos, y así, si me descuido, me hago mayor. Pero no.
Un día, como el que pasa de nivel, me meten ya en la iglesia iglesia, la de verdad. Dios, ¡qué aburrimiento! Tocaron mi punto débil. Podía pasar por alto todas las respuestas pendientes a mis preguntas, o todas la respuestas incoherentes, o todas las respuestas sin respuesta; ya me pasaba con mi familia, profes, y mi perro Ramón. Pero aburrirme no sé. No sabía. La iglesia en sí molaba, era incómoda pero muy placentera a la vez. El problema era que un hombre, disfrazado o no, hablaba sólo todo el rato, desde lejos, no se le entendía, nadie le atendía de hecho. Total que me aburrí a muerte. Dejé de ir; como ya era mayor ..
Lo que saqué en claro de todo ese tiempo fue:

1.- Cómo colorear con plastidecor sin salirme de la línea (haciendo circulitos). Me enseñó mi vecina, me encantaba ir casa de la vecina. Voy a protestar, pensaba.

2.- Me gusta todo lo que no se puede hacer porque es pecado, o está ‘mal’.

3.- Por mucho que peques, tranqui. Si te obligaron a bautizarte, como a la mayoría (si no, puedes hacerlo tú por cuenta propia), solo tienes que pedir perdón a un tal Padre y punto pelota. Sí nene, ¿a que te vienen a la cabeza un montón de hijos de puta? Pues todos piden perdón y a vivir que son dos días. (Parece ser, que también se pide perdón si eres una gran nación interesada en la relación económica con determinado país, al que jodiste completamente en otro momento; como pidió Japón, Francia, EEUU, España... pero esto no viene a cuento, ¿no?). Concluí: Bueno, yo es que soy muy majete, qué le vamos a hacer, tampoco soy la abeja Maya, a ver si nos entendemos; pero ya que, por lo visto, me hicieron cristiano, iré probando mis cosillas y pidiendo perdón, a ver qué pasa. Pero cansa, así que también lo dejé; lo de pedir perdón digo, lo de probar cosillas y/o inquietudes poco ortodoxas (que palabra más guapa) evolucionó sin más.

Precisamente probando mis cosillas, pocos años después, conocí a María y la pastilla del día después. Ella compartía ciertas decisiones que tomé en mis tiempos con Dios: 
Follar mola, quiero hacerlo mucho y con mucha gente; casarse es una parida; ser fiel es una parida; me gusta el vino, mucho, la hostia no sabe a nada; si puedo elegir entre algo bueno o algo mejor, cojo lo mejor. ¡Ah! y, en general, ¡que viva la Pepa!
María me desvirgó a mis 18, se portó como una reina, qué grande. Para mis amigos del pueblo llevaba años desvirgado así que, prácticamente, lo había ensayado decenas de veces. El estreno fue un éxito. Después nos distanciamos no sé por qué, probablemente porque era tonto del culo. Volvimos a coincidir cuando empecé a vivir en Barna. Mucho mejor.
Ni siquiera estaba buenísima, pero me ponía eléctrico, era ella toda electricidad. Mi piso compartido era tan pequeño que me salía de él sin querer y acababa muchas noches en su casa, en Sants; me contaba historias de sus amantes en plan fotonovela sin foto. Casi quemamos la casa un día, entre la pasión, el osito de peluche y la estufa chunga. Fue la mejor amiga de sexo que he tenido. Quién sino tendría que encargarse de llevarme a Satanassa por primera vez..
By Gina Burdel

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MARIO DITIFET.
Capítulo XII. Qué guay.


Es Martes y la chica de Sants me saca de paseo. Te voy a llevar a un sitio superguapo, te va a encantar, tienen las paredes llenas de pollas, y la música es divertidísima, ponen Rafaela Carrá. Vale.
Tras la puerta acortinada y sus porteros acartonados se dispara un pasillo oscuro con un banquillo tipo gym a la izquierda, al principio. En la punta del pasillo, a la derecha, una ventanita guardarropera. Más adelante, una barra ensancha el mencionado pasillo, detrás camareros disparando chupitos sin compasión y detrás, escapando de la pared, sobresalen figuras de hombres, en cartón piedra, cada uno con su polla enorme. Luego suben tres o cuatro escalones que dan a un intermedio semi-oscuro, EL ALTAR DE LA GORDA, la musa Satánica; el espacio mide cuatro por dos, o menos creo, o más creo, a ver: tipo armario gigante pero sin puertas, armario gigante del que solo se puede salir. Tras el trozo de tocarse, se abre una mini pista de baile bajo el púlpito del D.J.,con tarimas de hierro a tres alturas y otra barra, barras que no falten. Absolutamente todo decorado al detalle; kilos de cera derretida, Turmix greco-romana, ochenteo, glam, pop-maniquí disfrazable, siniestro-toques aquí y allá; ambiente de sexo, vicio y perdición, con clase, pero perdición; esa clase de clase, tú sabes. Todo el conjunto bien entendido, por supuesto. 'Un sitio para estar'. ¿El lavabo? Al fondo a la izquierda y a la derecha. Todo a la vez, en una puerta.

Dudo mucho que María pueda imaginarse lo que esta sala significará en mi vida.
(No recuerdo cuanto tardé en volver a 'satanassa' pero sí lo que tardé en salir. Nunca salí. Aún sigo allí. Solo me queda una neurona y está borracha, así que no te contaré lo que aprendí en mi antro-escuela, de momento; pero fue más grande que Félix Rodríguez de la Fuente y toda la E.G.B del tirón).

Basta de petardeo. Vamos a su casa y nos revolcamos un rato. Casi me quedo dormido pero me empalmo, así que pim pam, otro. Casi me vuelvo a quedar dormido pero me pone cara de pillina y empieza a rajar. ¿Sabes el chico con el que estaba hablando?... En el ' sata' … pues es gay. Que guay. Me ha dicho que eres muy guapo. Que guay. Me ha dado su teléfono. Qué guay. ¿Qué te parecería liarnos los tres? ¡¡Que qué!! Estoy loco de morbo por liarme con un tío, gracias. En realidad le dije: no sé, nunca lo he probado, pero venga, me apetece, si tú quieres… Pues le llamo y cenamos el viernes. Qué guay.
El viernes cenamos. Durante la cena, la niña, muy hábil, deja claro qué hay de postre, y el chico, dulce como el hielo, y muy hábil, deja claro que él es gay, gay, super gay; también caen cosillas tipo somos vecinos, qué casualidad, tipo tengo que irme, tipo pues te acompaño, vecino. Me despido de María con un un beso en los labios y mañana te lo cuento todo.
Primero bus y luego caminamos, me acompaña a mi casa y le acompaño a la suya. Entre Passeig de Sant Joan y Roger de Flor la caminata agradable baja de Roselló hasta la Gran Vía, allí le acorralo por fin. Casi le obligo a besarme. ¿Pero tú no eras gay? Se supone que el principiante soy yo.
Parlo : Cap problema?
Parla: Es que visc amb els pares i aquí tothom es coneix. No, encara no saben res.
Así queda la cosa, después del rap de la cobra tenemos que quedar otro día, claro. La paja de la noche resulta un poco mecagoenlaputa, pero en fin.. (Luego le vi un montón, me lo aprendí de memoria, tremendo el niño).
Al día siguiente telefoneo a María emocionadísimo para contarle lo que pasó. Estoy deseando compartir con ella una fotonovela sin foto, como las suyas. Me pone a parir, me cuelga y jamás la vuelvo a ver. Eso sí, se hace super amiga de mi chico. Qué guay.


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MARIO DITIFET.
Capítulo XIII. Entre ganas y necesidades.


Pongo a los Muse y me encanta hasta que empiezo a escribir; así, sentao y centrao, no es lo mismo. Ahora vuelvo. ( .. )

Perdona (mentira), me levanté para cambiarlo pero me volvió a apetecer unh cacho del Muse ese, así que me puse a escucharlo sin sentarme ni centrarme, que mola más, por eso tardé un poquito. ( .. )

Ahora he puesto a la Buika, resulta que no tengo lo que me apetecía escuchar de ella. No te rías. Aún no me apliqué el parche en el ojo para robarle música al mundo. Ni agua, ni oxígeno, solo electricidad. Para ya, sobrevivo de Cdeses (que me grabaron) y de casetes (tampoco originales salvo un par), que sí, que las casetes molan.
       'Jodida pero contenta', jodida y antigua en este caso, mira que me cuesta el mundo comunicación carajo, vaya, no me cuesta, me cuesta ponerme, soy perezoso digital. No, patético ya no, yo me pongo a parir pero me dura poco (¿no sabes de qué hablo verdad? Leete los capítulos coño! En fin.. melapela).

Hoy tocaba Domingo de Moog. Apetecía bailar y apetecía escribir, casi siempre me pasa junto (es complicao). En la Rambla del Raval, 'el canijo' me coló el pitxu en el bolsillo de la camisa. Pero al final volví a casa y me metí una raya de M pa escribir, la cagué.
                             , es que me he hecho un jaleo entre ganas y necesidades, ya pasa.
Sé que no va a funcionar, pero aquí estoy, valiente e inútil, hace solo
.. poquísimo rato?

Hablando de rato, tenía una palabra en la boca to el rato y ya no. Las ideapalabras entran por el aire en algún punto de mi cabeza cerca de las orejas, porque cada vez que tengo una idea y/o palabra de la que tirar, me las pellizco, probablemente por eso se me van directamente por el oído. Probablemente, el problema es que me la pela, o debería pelarmela ya.. Coño, me repito o digo lo mismismo, no sé, eskomosime repitiera o dijera lo mismo, no sé.. a estas alturas...

Me miro;
                estoy completamente abrazado a mí y subido en la silla. No me dejo. Me tiro de los pelos de una pierna con dos dedos izquierdos y me muerdo la rodilla de la otra, también buscando pelillos de los que tirar. He roto el climax al escribir con una mano solo. Igual lo arreglo con otra (otra mano no, lerdete) de qué la hago?, me voy a joder la tocha, que sea una bomba mixta y que sea lo que dios quiera.( .. )

                           Mierda, tengo que admitir que esto no rueda, bueno, no como antes, espera. ( .. )
Sabía que los 'monguis' no durarían mucho en mi nevera.
El teclado se ha pueSto difícil, no hay quien lo pare.. Got 2 let u (The knife) ( .. )
Cualquier día de estos me tiro al jazz, perdón (mentira), al Jazz. Claro ahora tengo internet, lo tengo todo, y no aprovecho na, cannot contain this (Moloko). Qué agobio coño. Cuanta oferta, cuanta cosa, tengo que saberlo todo, cuanta información que se me escapa cosas caras, baratas y gratis tengo que aprovecharlo to. CANSA. 'Where is the what if the what is in why?' ( .. )

KK,                                                   la música se ha puesto muy nostalgia pesada, qué horA será? No quiero ni mirar, no quería. Vuelvo. ( .. )

Al final he puesto yorchmaikel, la cinta de ai guan yor sex, me la regalaron para mi cumple, de peque, Siempre fui super-gay Y me encanta aunque parece que fui el último en darse cuenta, pfhé, aiih señor.. qué gracita me hago, pero sabes qué?!
Uf, me he vuelto a perder.
Igual el porro sobraba. Un poco de agüita, mhje.( .. )
a ver de qué color quieremos la bolsita? Ah! La birra, coño, he ido por ella tres veces ya.
( .. ) Tengo enganchao un rollo tipo quiero saberlo todo y no quiero saber na-más.
Sí, eso, ahí estaba exactamente,
en ninguna parte,
ninguna conclusión, embozado en contra-adicciones.
CANSA.
Quiero conocer y disfrutar con el conocimiento. Crecer pero no a empujones, Uiiiiii... Casiii, casi vuelvo a pronunciar 'coño', qué cansino no?
Voy a ver porno que me aburro. Vuelvo a volver. ( .. )



Bueno nada, busqué por cortometraje porno que to lo demás me aburre (Sii, uuh, venga, sii, dámelo todo, sii, uuh). CANSA. Descubrí los cortos de Villanueva, una risa. Me encantó ‘el futuro está en el porno’ búscalo en youtube.
En fin, me voy a dormir, para ti son dos minutos de letras pero llevo dando vueltas por la casa hace horas, las genialidades se me olvidan o las atropello con un porro.
Ya es de día, creatividad cero y nada que contar, parece rollo querido diario… Soy el único escritor en el puto planeta que recurre a Utube para entretener al lector, fracasitoo! Menos mal que no me pagan por esto, compartirían mi nómina en facebook o la convertirían en pago pendiente, madre! Como se enteren los de la ES-GAY... Me lo cobran fijo.
Ni una pajilla cayó.
Tenía que probar. Mañana te cuento aLgo menos interesante si cabe. Hasta luego corazones!
Sí, claro lo tengo! Yo no me pongo a comer techo ahora.... Piro.


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MARIO DITIFET.
Capítulo XIV. Raúl Todobién Gracias.





Hola, soy Raúl Todobién Gracias.
Tengo 39 años. 
Hace ocho que trabajo en la misma empresa. 
Soy jefe de cocina y no me gusta. 
No toco un fuego; nunca. La creatividad tiene que estar escrita; nunca por mí. Los empleados me odian y los jefes, o/y ‘los de arriba’, están continuamente insatisfechos (su problema). Las palmaditas en la espalda me están generando una enfermedad aún desconocida. Trabajo de lunes a sábado, comidas y cenas, mínimo diez horas la jornada. Me dejan libre el domingo. 
Gracias. 
Mi vida se reduce a un día. 
Todobién.
Pero no me puedo quejar, estoy forrao, o eso dice mi mujer...
Tengo una niña adolescente preciosa, más tonta que cipote, pero preciosa, tan mona! Mi mujer también, claro, monísima, está lo que se conoce por cañón (dicen mis no-amigos). Todavía me la chupa de vez en cuando. La diferencia entre una y la otra radica en que, la señora Todobién, es lista que te cagas; no se corta un pelo. Se quedó preñada a propósito sabiendo perfectamente que yo solo quería follar, de hecho, era mi mejor amiga, de hecho, conocía mis gustos, todos. 
Su hermano me amenazó con matarme si no me casaba. No era culpa suya, aseguraba el tipo, su padre le ordenaba, literalmente, hacerlo porque también era su jefe. Todos los curros tienen sus cosillas, ya se sabe.
Ella no se imaginaba cómo su padre podía haberse enterado. 
Se sentía vigilada. 
Solo me tenía a mí. 
Créeme, me dice de golpe, son muchos años entre militares, ese hombre no calza bien. Pues le denunciamos tía, tiene que haber una manera! Eres hombre muerto, no te imaginas lo fácil que es. Solo hay una opción; tú me ayudas y yo te ayudo a ti, luego tramitaremos el divorcio, yo pagaré todo, hace tiempo que ahorro. Pero tenemos que tener a la niña (¿niña?) o no funcionará. 
Estoy tan asustada como tú.. 
Mentira. 
Seremos compañeros de piso un tiempo.. 
Mentira. 
Cuando la niña empiece la escuela.. 
Mentira. 
Cuando haga la comunión.. 
Mentira. 
Mi padre no vivirá mucho.. 
Mentira.
Entre las dos gastan todo el dinero del que, como no tengo tiempo, solo disfruto: el seguro de vida y el ahorro personal que espera paciente su momento de gloria, como yo.
Sigo adelante bajo la posibilidad de ser despedido y recibir así suficiente pasta de golpe para pirarme para siempre, y cambiar de cara si es preciso. Pero no es fácil que te despidan hoy en día, Barcelona es cada vez más pequeña, si sabes, trabajas fuera.
La niña pronto cumplirá 18 y podré dejar la casa (y la hipoteca) a mi querida golfa. Así todos bien, no tendrá que volver con su padre. Igual tiene que trabajar, pena.
Dicen que el año que entra empieza una crisis de puta madre, a ver si hay suerte. 
Sobrevivo pensando continuamente en el domingo por la tarde, cuando llegan mis dos horas sin las chicas, que tampoco son mala gente, demasiado felices igual, deberían pasarlo un poco mal para valorar la vida y eso, lo demás todo bien. Saben que estoy más relajadito cuando me tomo mi momento, ese momento increíble que me ayuda a liberar estrés. Yo le llamo el momento Casanovas. Mi cuñado también viene. No veo la hora de entrar en la sauna de la esquina y comerme un rabazo como un piano.

Me despierto completamente empalmado y sudado, rollo charco. 
Madre mía que mal, qué sensación tan violenta! 
(al menos, el cuñado estaba bueno, buenísimo).
Me siento fatal y en la cama. 
No puedo ni quiero reaccionar. 
Me quedo quieto, pensando. 
Sigo sentado, pero no fatal. 
En un rato sonrío y pienso, mientras me la meneo, que no me puedo quejar, que todo bien gracias.


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MARIO DITIFET.
Capítulo XV. Dos joyitas.


La casa se encogió de golpe. 
Más que nunca. 
Encogió tanto que parecía un nicho. 
Trabajaba, salía de fiesta, follaba, y me enterraba en mi nicho. Cada día más pequeño. 
Cuando las paredes tocaron mis dos orejas, a la vez, y mis pies salían por el balcón, lleno de tiestos de desierto, decidí pedir ayuda. Así empecé a llenar la casa de gente con ganas de explotar, la música a toda hostia y el civismo en la papela (o en el microondas que nunca tendré). 

Con tanta explosión el nicho cedió, claro. Volvió a ser mi cuarto partido por un tabique, con ganas de caerse, el baño y la cocina.
¿Cómo se puede tardar treinta años en pagar algo tan poco grande, y tan mal hecho? ¿Cómo decidimos que es normal un trato tan anormal? Me gustaría saber quiénes fueron los quince mil primeros. 
Es verdad que no me mojo y que resulta más barato que un alquiler.

El after Ditifet se convirtió en costumbre. Los mossos nunca vinieron (no de uniforme), aún no sé porqué. Las vecinas, lejos de denunciarme, me pagaron la chacha para que limpiara mi día de escalera cuando la comunidad todavía no contrataba a la rusa que, hoy por hoy, nos pinta de lejía cada centímetro cuadrado, una vez por semana.
Bueno, eso no fue así exactamente, hablo en realidad, de UNA vecina. 
No recuerdo cómo se llamaba la Teresa, como no recuerdo el nombre de nadie, pero sí las charlitas en el rellano compartido. 
Después de no sé cuantas mañanas en casa, con más de veinte freaks por día y alguna que otra orgía no discreta (porno discreta entenderemos un tío gritando cabrón que me has hecho sangre!), me entró, con su cara increiblemente coqueta, mientras yo le acompañaba en su aventura de ascender el edificio escalón por escalón, y me dijo cuatro cositas, una por piso:

1º. Que en cada escalón, cada día, recordaba que ya había cumplido los 85.

2º. Que me pasaba unas casetes de Los Tres Tenores y de no sé quién, Pavarotti creo. Que las pusiera en mi casa para que ella pudiera oírlas desde la suya. Si las poso a casa meva em fa mal el cap, però si les sento desde casa teva, no. Traduciendo: ya te vale cabrón, se te oye en todo el vecindario. Qué perri la abuela, cómo sabía entrarme.

3º. Que aunque colgaran el letrerito de 'le toca la escalera' que no me preocupara, que yo tenía mejores cosas en que pensar y que ella ya pagaba a una chica. Total, si ha de venir igualment, amb ella no li molestará.

4º2ª. Que se había fijado que a mis amigos/as les gustaba vestir... molt bé, vaja... diferent oi? Y que a ella también le gustaba cuando era més jove.

Cocina del 4º2ª
Regentaba, junto a su marido, un cine en una calle del barrio de Sant Antoni, ahora no sé cuál, recuerdo el cine en sí, pero si ella no me lo dice, ni me entero de que desapareció. Cuando caminaba por la ronda, tenía que hacerlo por la acera de enfrente para que no la confundieran con las putas. Sona molt fort, però abans, les noies de vida alegre, que dèiem, vestien molt bé. 
M'estimo més parlar amb el jovent que no pas amb les veïnes cotorres.

Piré a Londres y ella a un asilo donde me aseguró que estaría muy bien con las amigas del poble. No la creí. 
Me regaló una mecedora en verde botella, que Natasha partió en dos, en un subidón de Tía María. Estábamos en casa con el colocón (años después) y, supongo, que la confundió con el Dragon Can. 
Desde el suelo, sus tetas me apuntaron fija y firmemente (me las voy a quitar mari, por la espalda, tu sabes, pesan mucho) y se nodisculpó. Yo no he sido, han sido éstas, MA-RI-COON! Que son unas terroristas! Están drogadas! Me van a comer el rabo, mira, vente centrímetros. Inmediatamente después se calzó los patines y se lanzó por el mini-pasillo gritando; MA-TA-LAAAA! Oye maaari, abríh paso que llega la Natacha!

Qué grandes! Dos joyitas del Raval en un objeto. En casa.


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MARIO DITIFET.
Capítulo XVI. Como cagándome.



Tengo más de nueve y menos de trece; aún no consigo resolver raíces cuadradas pero ya puedo bajarle la falda a las niñas sin que me pillen la cara con las manos. 
Voy al cole envuelto en una burbuja de vergüenza porque mi madre me obligó a calzarme unas bragas de mi hermana menor. 
-To-los carzoncillos están percudíos! Tú no se lo diga a nadie y veráh como no senteran.
Al llegar no quiero ni jugarme los cuatro cromos que me quedan. Tengo cara de bragas, y absolutamente todo el mundo parece saberlo, pero nadie dice nada, igual ya pasaron por esto en algún momento. A la hora del recreo ni me muevo de la ventanilla, a salvo de los mayores baja-pantalones del barrio o de cualquier movimiento que descubra mi secreto. 
Hoy me duele la tripa. 
Ni siquiera iré al mercadillo, después de clase, a robar pinta-uñas para cambiárselos a las chicas de 'segunda etapa' por chuches (no cobro ni cien pesetas de paga semanal, las niñas siempre tienen más).
Por fin la clase de lengua, es la última y la más agradable, el profe habla tan suave que no molesta nada y no le importa que no le escuches, las mesas de ventana triunfan en esta asignatura.
Don Antonio es alto y con bigote. 
Mientras explica, sin parar de hablar en toda la hora, se sienta en la mesa con una pierna en el suelo y la otra colgando. Al posar el culo poquito a poco en la esquina de la tabla, un bulto prominente aparece entre sus piernas. La ingle de tejano ha quedado totalmente estirada, tensa, casi chillando, y se ha generado una especie de mochila (o tienda de acampada tipo iglú) que no puedo dejar de mirar, perdiendo así toda noción de realidad. De cuando en vez, se incorpora acercándose a la pizarra para subrayar el predicado, encerrar el verbo en un círculo y marcar una flecha hasta el sujeto, sin parar de hablar suavemente en ningún momento. Cuando el profe se levanta, el bicho se esconde como un caracol asustado que pronto vuelve a florecer sobre la mesa convertido en alienígena esta vez. Pasa una hora entera y mi vista no puede dejar semejante descubrimiento. Tiene vida propia pero está dentro de un pantalón. Siento cómo me cae un cosquilleo de las axilas que pasa al abdomen y sigue bajando. Es un cosquilleo interno. Sin darme cuenta, mi pierna empieza su baile de zapateo silencioso y nervioso, como cuando no me gusta lo que hay de comer. Como cagándome o meándome o todo.
Suena el timbre y despierto del no sueño. 
Recojo e intento llevar mis braguitas a casa, pero el profe me llama. 
Voy. 
Espera pacientemente sin bajar de la mesa hasta que todos salen. 
Yo espero en pié, nervioso, con mi talón derecho en plena feria de Abril. Cuando todos se han ido, se levanta y cierra la puerta del aula, luego vuelve sobre sus pasos y vuelve a poner su paquete al alcance de mis ojos. Cada vez está más vivo, me pregunto si hablará o emitirá algún sonido.
-Ha estado muy distraído toda la clase Mario, ¿se puede saber qué miraba con tanta dedicación? -Nunca entenderé porqué los profes hablan como en las películas.
-No sé,...nada... 
-Yo sí sé lo que estaba mirando, lo mismo que ahora -Es cierto, a pesar del descaro que implica la cercanía estoy completamente enganchado a la contemplación de su bragueta. Finalmente, consigo bajar la cabeza -No se preocupe, es normal, pero será mejor que le guarde el secreto porque sus compañeros se reirán si se enteran-. Pausa de cien años en dos segundos -Quiere tocarlo? 
-No sé... -Mi mejor profesor me coge la manita y la pone sobre el bicho encerrado, se mueve! Está vivo! Lo sabía. 
-Quieres ver más? -Yo ya ni hablo, tengo que concentrarme en respirar. Don Antonio se sienta en la silla -Pero ahora serás tú quién me guarde el secreto, esto son cosas de mayores y los mayores se enfadan si los niños descubren sus cosas -Eso es verdad, mi madre se pone hecha una fiera. 
Se baja la bragueta y el monstruo sigue creciendo bajo el calzoncillo blanco. Entonces lo saca, es enorme. Empieza a estirarse a cámara lenta mientras intenta mirarme; se despereza despacito y saca la cabeza del capuchón; será imposible que vuelva a entrar ahí en estas condiciones. 
-Tócalo- Primero no me muevo; luego lo cojo para que no se caiga y pega un último estirón que me obliga a tragar aire de golpe. Mi mano no alcanza a rodearlo. Las venas bajo la funda se hinchan y temo estar apretando demasiado. Huele muy fuerte, tanto, que mi nariz se acerca como el metal al imán; cada vez huele peor y cada vez me acerco más -A ver si eres capaz de ponértelo en la boca -Tengo que estirar muchísimo la mandíbula y apenas entra la punta. 
Me da asco y me gusta. 
-Voy a enseñarte algo -Agarra el miembro con su mano gigante y lo frota unas cuantas veces, pocas, hasta que sale disparada una masilla blanca y pegajosa, la unta en un dedo y se la mete en la boca, luego me da a probar. 
Tengo más de nueve y menos de trece; la vergüenza ya se ha inventado pero el SIDA aún no. Ya sé hacerme pajas.


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MARIO DITIFET.
Capítulo XVII. Soy digestión.



¿Verdad que, en general, hay una obsesión por la comida? 

Por la falta o el exceso de comida,
por conseguir comida o conseguir vomitarla,
por lo que la comida dice de ti.
Por el propio concepto de comer: 
Lo comido por lo servido, cómete el mundo, come una y cuenta cien, no me comas la olla, comemee... enterito, pan para hoy ... Olvida esto.
Donde estaba .. qué obsesión por la comida, en general, verdad?

Yo estoy a salvo. Vivo dentro de ella Y seré comida a fin de cuentas. Soy la salsa a fuego lento, reduzco y me intensifico, cambio de textura y de sabor.
Soy digestión. 
Suelo gustar a los que dicen que no, y si no estoy, soy conversación.

Llegar a las personas por el sabor puede ser peor que la tele o la Biblia,
peor incluso que la telefonía móvil.
Tan peligroso podría ser considerado el sabor del agua como el de la Aspirina C efervescente o del MDMA, si se pensara con detenimiento.
Es lo más grande y lo más pequeño.

El sabor puede transportar el carácter y el color de un pueblo por todo el planeta y
entrar en cada individuo con mucha calma.
Invasión pacífica a cámara lenta.
Solo espera que llegue el hambre. 
El sabor es paciente.

Al mismo tiempo es tan leve que se confunde con el aroma, 
penetra por tu nariz y se instala en el paladar.
Así, cualquier vegetariano, por descuido, puede conocer y conoce el sabor de la sangre cocinada, y no hay carnívoro que escape al sabor del pescado o de la carne verde.

Lo que no se conoce, no se piensa o no se admite, también tiene sabor.
Los sabores no mienten ni se pueden extirpar, se pueden manipular, eso sí.
El sabor sabe a inevitable.

El sabor tiene puerta abierta a todo tipo de arte.
La música tiene sabor;
cada color
cada textura
y cada sentimiento tiene su sabor (búscalo coño, no te lo voy a dar todo hecho).

Hasta saben la física, la química sobretodo, y las matemáticas,
el sabor es la medida exacta de cada elemento,
ni más ni menos:
El equilibrio es sabor.

mario sabores.



Mario.- Qué fuerte, he escrito un poema! Gracias Mylo, piensas en todo.
Mylo.- Me encanta el pseudónimo, 'Sabores', super sugerente, no?
Ma.- Super obvio después del peñazo de poema pero muy sugerente, sí.
M.- Y el final?
M.- 'El equilibrio es sabor' 
MMMe faltan los dos puntos suspensivos .. pero, en fin, me molo. De qué estaba hablando? ..


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MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XVIII. No lo hice.




Sin querer me encontré con un hombre que me miraba directo y sin miedo acariciándome por dentro obligatoriamente como yo acaricio los guantes de látex cuando me los pongo. Ojos enormes a la sombra de una sonrisa de la que no sé hablar.

A los lados de su boca se abrían también unos ojos enormes a la sombra de la misma sonrisa de la que no sé hablar; me miraban directo y sin miedo acariciándome por dentro obligatoriamente como guantes de látex.

Detrás de las orejas la mirada directa y obligatoria se ataba a mi pecho entre los pulmones acariciándome por dentro como el látex, con unos ojos enormes a la sombra de una sonrisa de la que no sé hablar.

Así, ojos a pares por todo su cuerpo, por todos sus lados, no importa cómo se moviera, me miraban directa y obligatoriamente acariciándome por dentro. Ojos enormes a la sombra de decenas de sonrisas de las que nunca sabré hablar.

Desperté sin querer con el sueño en directo a escasos milímetros de mi nariz. Todo dejó de existir. 
Nada que ver con amor. 
Fue sorpresa leve y agradable. Era el mismo sueño en versión táctil, el mismo sueño en color, en olor. Una foto con el flash en el plexo. No dije nada, intenté respirar e intenté dormir de nuevo, contento por estar tan despierto y tan dormido, todo a la vez y sin querer.

Luego, queriendo, quise tocarle. 
Montarme por detrás. 
Respirar por los dedos y esnifar toda su espalda. 
Cambiar de sitio cada centímetro de piel como fichas de dominó antes de ser repartidas. 
Contar los planetas en forma de lunares y los tonos de color como un ciego leyendo células. 
Encajar las palmas de las manos bajo las costillas y subir despacio, con fuerza.
Encontrarle las alas y abrirlas para que se aireen.

Permitir la ingravidez por delante haciendo flotar su torso hasta girarlo como una tortilla pa que descanse en el sillón de mis piernas. No demasiado tumbado. Con la cabeza rapada sobre mi ombligo. 
(Thsss, no abras los ojos).

Quise dominar, entonces, su abdomen con mis manos enormes y repetir el ascenso por la cara buena de la moneda, hasta el pecho, subiéndole el alma como una camiseta sudada.
Quise mantenerme quieto sobre sus pezones y ya está, sin pretender nada más que ayudarle a respirar. 
Quise construir una muralla infranqueable de carne de brazos segura fuerte confortable.

Y no lo hice.

Simulé que dormía y esperé que se fuera.

Y esperé que no me llamara...


Cuando desperté, la tercera vez, bajé a por un poco de pan. Necesitaba un buen desayuno. 
Repasé mi mail mojado en el café, por si había llegado cualquier oferta de curro que me introdujera de nuevo en una vida aburrida y deseada. Pero lo que encontré fue un correo de un tal Niko Tessa (un blogger famoso, del que Mylo ha oído hablar a sus dueños). El tipo estaba ofendidísimo por la basura que escribía.

-Mira nene, mejor deja paso a los profesionales. Por cierto querido, tengo algo que quiero que pruebes, si es que eres capaz de guardar un secreto sin lanzar otro de tus pedos por escrito, claro.

Pero éste de qué va? ¿Cómo coño ha llegado a los textos, si nadie sabe que existen? ¿Cómo ha encontrado mi correo electrónico, si tampoco existe, como no existo yo, en su mundo real?
Que le den, pensé, solo me faltaba alguien de carne y huesos a estas alturas...



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MARIO DITIFET.
Capítulo XIX. Respirar como ballenas.



Lo último que haría en mi vida sería asistir a una cita con alguien llamado Niko Tessa. Pero, qué se ha creído éste? Si tiene nombre de helado caro. No, ni muerto, paso, no me apetece, no puede salir nada bueno de un encuentro realidad/ficción.
En 48 horas ya estaba en su zulo con un gramo de speed, por si acaso (yo y mi manía de contradecirme a todo trapo).
-Mañana es Sábado, los niños no molestarán.
Tessa vivía en el subsuelo de una escuela de la plaza Tetuán (supongo que a ésto se refería con lo de guardar un secreto, Ups).
No hablamos más que para decidir el licor de la tarde.
-Gin-tónic.
-Tú verás, yo no puedo con la tónica.
Y para ser informado del motivo de la invitación.
-Si te tomas un trozo de esta alga de río, que solo mis abuelos saben dónde crece, con una raya de keta, se te pasa por la cabeza el futuro, así, en plan flash, y mola que te cagas encima. Completamente eco, o bio, ahora no me acuerdo. Pero tiene secuelas inmediatas, igual te sientes drogado, a ratos, durante un par de semanas. Por eso es importantísimo que no escribas sobre esto, o me tomarán por un camellucho. Tendré la casa llena a todas horas, entre eso y los niños, mejor me suicido-. (Ah, vale, se refería a éste secreto entonces, ups, otra vez).
-Mm qué rica!, sabe a mar; hffff! suputamadre, casi no pica... Te toca, lo primero que vamos a hacer es irnmmvv....fiesta...vvvvfff..( mierda, tenemos que centrarnos)

-...son muchos los gobiernos que aún intentan respirar como ballenas, en la superficie de un océano de crisis en continuo tsunami interno...los......buenos so.......xuales pero lo mejo........zvvvvvffnff.........................vrzvvvvffnn¥¥¥***...............tssshvnnn.............................. China, la gran superviviente, acaba de reconocer el inicio de una nueva recesión. El efecto dominó, devastará matemáticamente una tercera parte del planeta en los próximos años. En el resto, la diferencia entre ricos y pobres, será inabordable.....hazte una ray.. spee. .. siemp..............yo sí, chin-chin ....................................... ......compl......................................atis...( ya lo tengo, es la tele en el futuro tío!, parece Mercedes Milá... si pudiera centrarme en una sola imagen...).
- Respira con calma y no dejes de hablar, las visiones están condicionadas a cada persona, por eso en tu caso es un poco confuso.
-En medio del caos surge una revolución que, probablemente, se convertirá en la más importante desde la última glaciación....compre ahora y pag............pollas más gran... con mi bata-manta, soy más............ Y surge precisamente de lo más inesperado: El individuo. Y surge, precisamente, del lugar más inesperado del planeta: La Península Ibérica; tierra de conformistas incapaces de protestar si el café no está a su gusto, si ..................a que pidieron o si los coches no paran en un paso de peatones....................dones de un materi............... Aquí, precisamente, comienza todo..... Son infimísimos cristalitos blancos que se reúnen en una raya y, raya tras raya, llegan al gramo, y gramo tras gramo, son esnifados por una Europa borracha, casi desfallecida, que no tiene nada que perder (Coño con la Merche).................................................................
Sin saber cóm...........enza.....stenderse por la red de ....icaciones el llamamiento radical al i....ivíduo... Todo empezó con la anulación de los planes de pensiones, como una moda más; hoy por hoy, una media de tres mil personas por día dejan, sistemáticamente!, de pagar sus hipotecas, y después............rgetas de crédito y después, todo lo que les une directamente..............quier entidad bancaria.... Probablemente, muchos serán castigados y expuestos como ejemplo ante un pueblo que apagó la tele y salió a la cal............................u vecino... En Internet, cientos de abogados redactan, cada día, soluciones a todas las cuestiones más inmediatas. La deuda se reduce, a la velocidad de una nube, por el simple significado del término. Es solo una palabra que desaparece al ser pronunciada junto al adverbio NO...... Igual que sucede con las descargas ilegales, cuantos más se suman a la, ya conocida como des-invasión económica, más fácil , fuerte, rápida y segura resulta. Irremediablemente, la masa de carne digital toma fuerza, pierde el miedo, y reconoce su derecho a okupar su propia vivienda, que en los próximos meses estará en manos del banco (siempre lo estuvo)... ...n..die.....pagará nada .....hulazos...............poc.......zzzzznvvv.......rico! y cual.........Artistas, personajes televisivos, religiosos.................onomistas, filósofos, sociólogos y finalmente, ex-políticos de renombre - incluso nuestro ex-príncipe desde su exilio en Andorra- respaldan en primera persona el fenómeno, muchos de ellos, creyéndose a salvo en carrera hacia el centro del huracán......................ero vuelven tiempos de guillotina... ….................
Nadie sabe a ciencia cierta lo qué pasará mañana... Des..........sula como epicentro, el terremoto se extiende por todo el continente como sábanas eléctricas sobre un colchón empapado, y parece imparable...................la deuda ya no asusta porque no existe........ La incertidumbre es el pan nuestro de cada día y, curiosamente, resulta renovador, excitante... El pueblo está vivo, tanto como un enfermo terminal justo antes de su último suspiro... Nadie sabe a ciencia cierta lo qué pasará mañana....................ha conseguido algo grande: Nada es nuestro, por lo tanto, todo nos pertenece otra vez, como al principio... .

…...N.o pue..do desci, frar nad amás. (Soy una mosca aturdida por insecticida, que se para cansada... todo es zumbido.....baja..). prepárame otra, porfi.
- Por supuesto señor mosca, (lee mis paréntesis el puto, así que era eso, yo me piro) pero deje algo para el sapo querido, que esto va por turnos...
-Puedes leer mis paréntesis, por eso me has hecho venir!
-no seas tan obvio, el lector se cansa.
-tú no tienes vergüenza. Para qué quieres la imaginación de un perro?
-que seas tonto del culo no quiere decir que no sienta pena por ti, querido. Solo necesitaba otro punto de vista, nada más. Pasarás un par de capítulos aturdido y luego te la chupará todo, como siempre, y te bastará con seguir vivo. O no, claro, nunca se sabe ..juas, juas. Venga, me toca! y apunta lo que te cuento. Ni se te ocurra grabarme.


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MARIO DITIFET
Capítulo XX. Me hice una corbata.










































Porqué no podré simplemente callarme,

porqué no podré no abrir la boca o dejar de emitir sonido sin más.

Padezco el efecto al revés de la represión de la que tanto hablaban en el cole, 

la que mamaron mis padres, como una goma elástica que vuelve.







































Necesidad vomitada de compartir todo lo que pienso y su absoluto contrario, 
por si a caso. 

Descorchador de ideas ajenas,

descorchador inútil igual, ya que de tanto hablar no me corto un trozo pa escuchar. 

Bueno sí, un trozo sí,

me hice una corbata ..








































Compartir tu opinión es la clave para crecer, 

hasta que alguien decide quedarse la clave como recuerdo y no compartir una mierda, 

o solo una mierda,

y crecer solo.








































O a saber, 

utilizar en tu contra eso que sabe de ti, 

o cree que sabe.

- Es que ... Nunca lo hubiera dicho ... Yo me pensaba...

Duele igual. Capullo. Aunque no te pueda culpar.








































Hablar para tapar el rato es lo cansino, 

mejor no hables, pero no te escondas detrás de un puñado de palabras decorativas que cubren el tiempo,

El espacio,

Agotándome para llegar a un nada enorme y vacío.








































Voy a hacerme tres nudos de corbata en mi lengua sucia:

Uno para escuchar mejor.

Uno para no atragantar a nadie con tanto yo. 

Uno para acordarme de las decisiones tomadas.

Lo que se me derrame lo escribo y punto.




Ya está. Mudo de ocho a 24. 

Solo lamer y degustar, meter y sacar.

O, por tener una referencia más cercana que las horas, hasta la primera caña. 

Faltará decidir cuál es la primera. 

Queda pendiente ..


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MARIO DITIFET.
Capítulo XXI. Cuestión de grandeza.



Hice un curso de travesti y me tumbaron en Septiembre.
Saqué adelante un taconazo; 
mi uña en rojo o rojinegro, porque me salgo o me pinto encima del negro, pereza; 
mi cara de quégrandesvivirytuputamadre; 
y mi ego, en forma de bata de cola, arrastrado por las calles de Barcelona, chorreando glamour de contenedor de reciclaje (el de vidrio, por favor, me encanta el contenedor de vidrio, sobretodo cómo suenan las botellas al caer, parecen vida).
Pero me catearon en tobillos hinchados, cabrones!
Saqué un tres en paliza adicional para quien quiera sentirse más macho después de ser follado por unas tetas; a la primera patada me quedé en blanco.
Ni tampoco me dio la media para ser repudiado por la familia al completo,
ni siquiera por la gente que me cruzo a diario,
menos aún por otra travelo, y mira que eso estaba tirao. 
VALOR fue la peor, fue la asignatura que me hundió el curso (con lo mona que estaba: planita, pero mona);
me faltan cojones y no es cuestión de tamaño, claro, ya sé que lo sabes. 
Es cuestión de grandeza. 
Nací pequeño, y muerto. 
Tengo que asumirlo, nunca seré travel. 
Nunca me cansaré de intentarlo.


A La más grande ..




incivica
video arte dedicado a la mas grande, Natacha, ladivina...!!!
roberto delgado y gloria gill
http://www.robi10.tk


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MARIO DITIFET.
Capítulo XXII. Resaca química.



Lo último que me permito recordar es la visita ciega al zulo del señor Tessa. 
No sé cuánto tiempo ha pasado desde entonces. Ah, sí. hace dos micro-capítulos.

La primera imagen que reciclo es la del grifo del lavabo, abierto a toda pastilla, bajando sangre al mar, supongo. No sé si de la nariz o de la boca. 
Tengo que llamar al dentista aunque no tenga un duro.
(
Qué curioso usar duro cuando el € te va pequeño; a mí, nunca me quedó bien, es el único aspecto de mi vida en el que engordé; soy un obeso monetario y estoy a punto de reventar). 
La cara en el espejo se multiplica difuminada. 
Quiero esnifar agua tibia para limpiar un poco las fosas nasales. 
Persigo al chorro pero el metal frena mi frente. Veinte segundos después, empiezo a sentir un dolor como un sonido lejano. Ahora ya duele aquí, coño! Mierda! Putamadre! Joder!
Probablemente el chichón será tan grande como el colocón que llevo encima, mhje, pero el puto espejo no me deja verlo porque brilla más de lo normal, y se mueve como bailando. 
Paso.

Agua, ducha. Pereza, cama. 
Me arrastro en pié hasta las cortinas del nicho en el que duermo. 
No sé qué hora será, está nublado para siempre. 
Caigo boca arriba en la cama a un milímetro del techo. 
Abrocierro los ojos con todas las fuerzas que no tengo. 
Soy otra dimensión. 
Entra aire del pecho a la boca, me abro por dentro. 
Estoy tierno y ardiendo. 
Se me cayó el peso y no floto porque no me organizo. 
Mi cuerpo se divide a su rollo. 
Mi boca es un molinillo de recuerdos a cachitos entre electrónica terrorista, luces y alguien que se ríe de mí en algún momento en la calle.

Mario! Ven, tengo algo que contarte... 
Rodeado de nada conecto con todo a un palmo del suelo. 
Somos cientos de críos intercambiando griterío a la hora del recreo. 
Te estaba buscando Mario. Pues ya me encontraste, y no sabes cómo. 
Nos abrazamos. 
La lengua en su boca. 
Mi derecha en su espalda termina la columna bajo el pantalón. 
Se estremece. 
Deslizo la mano marcha a tras y coloco mi dedo travieso a tiro de su olfato. 
Se lo come sin pudor. 
Coño, qué fuerte! Por un momento creí estar en mi casa. Estás en tu casa, Mario, en tu cama.

Todo son residuos. Qué rico. Estoy en placer obligatorio y agotador. Comiendo techo. 
Quiero volver al baño pero no encuentro dónde empiezan mis movimientos. 
En ojos abiertos veo mi cuarto, si los cierro estoy en anoche, pero no sé dónde. Vale, ya sé cómo va, solo tengo que esperar, y ya. 
Hay un poco de speed en la mesa, seguro, pero nada de coca, creo. 
Sin prisa. 
Igual me quedo dormido. 
La angustia tontea con mi costumbre, por si cuela. Busco paciencia, lloro en seco. 
Soy una llamada perdida en un teléfono sin crédito y solo una rayita de batería. 
El pasado más inmediato me visita a mordiscos y el futuro me abofetea la cara de cuando en vez. 
La resaca química no es resaca, es química otra vez. 
Masticable, gomosa, insana, adorable. 
Cuando muera que sea así y moriré mil veces.
Durante diez segundos no pienso nada. 
Esto se acaba.
La mesa.. Speed.. 
Y una bolsita azul? Ya sé qué es. Viaje gratis.. 
Sube conmigo..

MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXIII. Transformers.


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Mylo Gonzalez presenta ..


MARIO DITIFET.CAPÍTULO XXIII. Transformers.



Abro los ojos pero los párpados no. Yo puedo, me sé la habitación de memoria. Hoy cambia algo por eso, no sé bien qué.
Preparo café, subo persianas, relajo la erección (por fin), enciendo una colilla de cartón y voy a cagar.
Ahora sí, abro los ojos de verdad. No me siento de ninguna manera. No encuentro lo que cambia en hoy. Será eso, que no siento.. No; eso pasa más de lo que quisiera. 
Espera, ya sé.
Es el ruido. 
Hay un ruido a nada, espeluznante. Es como el silencio que baja con la primera tormenta del Verano. Pero es Otoño, Otoño de sol.
Me visto un plátano pasado y me calzo otro café; desayuno la chaqueta todo-terreno, el móvil y el tarjetero de metal. Me tiro a la calle sin pensar como no hacía desde los diez años. 
Vuelvo pa cagar otra vez. Vuelvo a salir. 
Bajando la escalera los olores se multiplican ocupando el espacio que dejan los sonidos, se tomaron el día libre, parece. 
En la calle, el jaleo vacío se hace ensordecedor. Miro a un lado y a otro observando toda la gente que no está. 
El Sol me espera de brazos abiertos y yo le doy la espalda dirección Sant Antoni Abat, igualmente me abraza sin rencor. Me siento napado de chocolate invisible, caliente y solo por detrás.
Calle abajo hay tanto nadie que casi da vértigo, pero no, no llega. Balcones desiertos, bares vacíos, y el 'paki' más grande que nunca cuando lo paso de largo. 
Patino en skate de placer extraño hacia la rambla del Raval. Nadie me acompaña, se lo agradezco. 
Me paro en la rotonda y miro de reojo la pizzería por si curra el Sebas. Tampoco hay alguien.
Diez segundos de reflexión. 
La foto de la rambla enorme y vacía pica a mi imaginación hacia un desastre universal, como poco. Pero mi cerebro desecha todos los guiones de catástrofes, tipo peli de tele, que se agolpan en su escritorio, dando paso a un disfruta del momento porque no durará mucho.
Paseo cuesta abajo caminando cada vez más despacio.
Tengo una sonrisa horizontal y una sensación, medio cómica, de que algo gordo pasará de un momento a otro. 
Tengo hambre. Me detengo junto al 'Gato' observando la Madame Jazmine. Pienso que tardan demasiado en preparar las deliciosas chapatas e inmediatamente, pienso que soy idiota; hoy seré mi camarero, cocinero y único cliente. 
Pasa toda una estrofa de un tema de Sade en mi cabeza hasta que mis ojos se habitúan a la oscuridad del local. 
Mi vista busca la cocina pero en el camino cambia de prioridad. Hay un tipo sentado, en medio de la sala, de espaldas a la entrada. 
Quiero pensar en esperar en las butacas de la derecha, por si hay que salir corriendo, pero no me da tiempo. El tipo se vuelve hacia mí, girando sin levantarse de la silla, atrapando el respaldo con su brazo derecho. 
Me mira fijamente reconociéndome de inmediato. 
Tiene una sonrisa horizontal y le envuelve una sensación, medio cómica, de que algo gordo pasará de un momento a otro. 
Su ceja levantada me dice llegas tarde, desastre. Necesito reformatear mi memoria. Ahora lo recuerdo perfectamente; no le conozco de nada, es la primera vez en todas mis vidas que le veo; bien! 
Mi cuerpo pasa de esperarme y se acerca en tres pasos:

-¿Dónde esta la gente?
-¿Qué gente?

El puto poeta se levanta. Se pone las gafas de sol. Con una mano coge su chaqueta todo-terreno y con la otra mi brazo, pegado a mi cuerpo, para arrastrarlo a la luz. 

- Espera, ya vengo. 

Me acerco a la cocina asaltándola desde el lado del cliente y arraso con todo lo que cabe en un bocata, regreso devorando como un perro lo que cae por los bordes.
Caminamos no despacio disfrutando de la avalancha de nadie que se agolpa a nuestro alrededor. 
Nuestra trayectoria dibuja un mapa improvisado del barrio al mar, del mar a la montaña y de la montaña, en bici, a los bares que son nuestros. 
Elegimos restaurante y nos preparamos la cena, pinchamos nuestra música y encontramos nuestras drogas, bueno nuestras, tú sabes ….. 
Me coge la mano casi sin querer, como quién pestañea. 

- La estás cagando. 

Se ríe el puto. 
El plano de la ciudad se cierra en mi casa, cuarenta y tantas horas después, donde nos quedamos dormidos y revueltos, en mutuo colchón de blandiblú.
Nos despertamos entre pellizcos y mordiscos. 
Despereciéndome, estremezándome. 
No puedo besarle, mi paladar es repugnante y de cartón. Tampoco me busca la boca, debe estar peor que yo. 
Mi brazo rescata la botella de agua del suelo, muevo el trago de carrillo a carrillo, en plan maraca, y se la escupo encima, que el lavabo queda lejos. 
Ahí ya estamos bien despiertos. 
La cama se empapa de agua, lefa y desayuno, en varias horas sin minutos.
Insisto tanto sobre su piel que me cuelo dentro, directamente empotrado, el puto ghb. 
Parecemos transformers en coreografía, que se montan y desmontan buscando el robot perfecto. 
Somos manga guerreros de Drac-z practicando la fusión; provocando bolas de energía que acaban por reventar en una explosión devastadora, arrasando un diámetro importante del Raval, con epicentro en mi cuarto, claro.
Luego, reposamos entre los escombros.
De las ruinas, comienzan a surgir pequeños sonidos.
Es un perro... 
Un coche al fondo.. 
La vecina. 
Los niños de la escuela; las sirenas, maquinaria, timbres, persianas metálicas y despertadores. 
Los televisores, los teléfonos, la ciudad.
Mis metros cuadrados.

MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXIV. Las manzanas no lloran.


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MARIO DITIFET.CAPÍTULO XXIV. Las manzanas no lloran.

Es un puñal, diseñado especialmente para el cocinero, que yo casi nunca utilizo. 
Como buen puñal tiene puño, claro, un mango para sujetarlo. 
Por lo demás, el arma letal, se transforma en un tobogán, inofensivo a primera vista, cuya punta tiene forma de corona. La típica de un rey, pero con mogollón de dientes. Parece que se la han pegado a la oreja. Pobre rey y pobre puñal, qué pinta.
El caso es que, si lo coges por el mango y apuntas con la corona, puedes abrirte paso sin problemas entre la carne, dejar los huesos en medio, llegar al corazón, atravesarlo y salir por el otro lado. Vale, no vas mal; ahora gira la mano un cuarto de hora y tira hacia tras, debería salir todo en forma de tubo, de una pieza. Carne, huesos y corazón. 
A ver, puede doler... pero las manzanas no lloran.
Dada la indiferencia de las manzanas, denominaremos al artilugio descorazonador porque, como no se quejan, nosotros nunca dejaremos de arrancarles el corazón antes de devorarlas.

Dejo el descorazonador sobre la tabla enorme de Ikea y pienso que no debería haber fumado, que vaya tardecita; ni hecho manzanas al horno, si no las como. Qué puta obsesión con cocinar todo lo que pillo. Hasta me he comprado un saca-corazones de manzanas que dudo que vuelva a usar en toda mi atornillante y profesional existencia. Cuando me da por algo ..

Como cuando rodaba mis primeros patines, incluso sentado a la mesa, esperando el plato y los chillidos de mi abuela, que no podía más con el ruido de las ruedas contra la silla, diciendo me tiro a la vía! Van a acabar conmigo estos niños! 
Yo me quedaba quieto por si, a lo mejor, no sabía cuál de todos era el causante de su mal rollo. (Yo siempre fui muy cándido y nosotros, muchos hermanos). Los patines no salían de mis pies ni para bañarme. Sabes cómo se patina en el agua? Yo sí.

Cojo el envoltorio, enorme!, del no-puñal y me hago un jaleo pensando dónde coño lo tiro. 
Mira que me lo he puesto fácil .. orgánico y mierda separados, luego, por cuestión de comodidad, junto todos los bultos, envases o vease, cosas. No los limpio, nunca, si huelen los saco de casa que seguro que ya toca. Mi favorito el vidrio, claro, que me encanta separarlo para oír como caen las botellas en el contenedor. Me pone. 
El caso es que solo tengo una bolsa de esas que llegaron a todas las casas menos a la mía, la azul eléctrico (Se las dejó alguien a quién alquilé mi techo. Creo que yo mismo tiré las otras dos, no cabían), y ahí lo meto todo con el ánimo de repartirlo debidamente llegado el momento. Total, que está siempre llena. 
Por eso, me paro a mirar todo lo que hay en ese bolso tan fashion y flipo con tanta cosa prescindible. 
Lo vacié ayer. 
La mierda está muy bien pagada. Igual por eso generamos tanta .. 
Ya, esto parece una Eco-porno, pero es que abro la nevera y hay muchas más cosas que comida; vale, la mía no es el mejor ejemplo, pero mira la tuya, y vete al lavabo, y mira en el buzón, no salgas a la calle!

En fin, basta! Se supone que quería escribir una lovesong y parezco Manu-chao salvando al mundo, pero es que soy incapaz de hablar de lo que he sentido esta tarde.
Estaba cómodo, y eso me incomoda. 
Pasamos la noche en un abrazo de frío calentito, y no llegó el sexo hasta el paseo de esta tarde. 
Con la escusa de sacar al perro me llevó a su rincón favorito. 
Le gustaba especialmente oír los coches circulando sobre nuestras cabezas, y poder estar a un metro del sendero. Invisible y en bolas. 
Un rincón con cierto aire acogedor, lleno de olores y sonidos contrastados. 
Y risa de semen. 
Y paseo en dirección contraria, a ver que hay detrás. 
Luego me vine a casa. Luego es ahora. 
Se queman las manzanas.


Karl Hütthttp://unrompecabezasverde.blogspot.com/


MARIO DITIFET
CAPÍTULO XXV. Para cuantas lonchas dará este cerdo.

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MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXV. Para cuantas lonchas dará este cerdo.

a) Llego al restaurante completamente borracho y agotado. Es mi último día de curro.
b) Aunque me cambio de ropa, para disimular mi desinterés, investigo entre mis compañeros la posibilidad de encontrar un substituto de urgencia, yo lo pago. Mientras llega, voy adelantando algo. 
c) Entra la jefa y se ríe, hasta que le propongo la solución investigada previamente.
-Mira, si tévas...! si te vas...! -Chilla más de lo normal, está sorda - Huro que no te pago el feniquito! - Y su acento hace que salive en exceso, el cabreo en francés sale por la boca. 
-¿Me estás amenazando?! 
-Ya estás avisado... .
d) Se tarda treinta segundos en desatar un delantal y unos tres, en tirárselo a la cara a la jefa de turno, comprobado. 
-Toma, lo vas a necesitar.
e) Piro bajo el aplauso de mis compañeros, aplauso mudo que substituirá los eurillos descontados. Qué bien se queda uno. 
- Lo peor, - Me dice el poli bueno (la otra jefa), el día que me entrega, en efecto y efectivo, el finiquito correspondiente - es que he perdido la apuesta que hicimos hace nueve meses, cuando entraste en esta cocina, y solo por un servicio, puñeta, qué te costaba aguantar un poco?
f) Adoro el mundo laboral.

Decido no dormir la mona. 
La sensación de desahogo es para disfrutarla. 
Me voy al super a celebrarlo. Buscaré uno nuevo y todo.
Pijos, maricones, sudacas, rastas, modernas, frígidas, camioneras, garrulos, histéricas, miedosos, pilinguis, machistas, feministas, fascistas, italianos ni camareros. Nadie quiere reconocerse bajo el estereotipo al que pertenece y todos pertenecemos a uno, como poco, lo queramos o no. 
Pero se me hace difícil encontrar el nombre para el estereotipo de una jefa con el delantal en la cara, como tampoco puedo nombrar el del re-ponedor que tengo frente a mí. Podría arriesgarme con el de tuneador de uniformes de Caprabo, derrochador de gomina o experto en colocar tetra-bricks a ritmo de tektónic. Podría decir niñato, anoréxico neuronal o perdido de la vida sin alejarme mucho de la verdad, pero no lo haré. 
Decido que es mejor dedicar mi concentración en dirigirme a la caja sin echar nada más al carro, luego no puedo con las bolsas, y el colocón me ha traído a un super en Gran Via-Universidad (aprox), ignorando los otros quince mil, más baratos, que hay antes que este. 
Me voy a cagar en todo.

- Cincuenta y tres con veintisiete, tarjeta-cliente? 
- No. ( ) Uy, qué torpe, cuanto has dicho? 
- Cincuenta y tres con veintisiete, puede pagar con tarjeta si lo desea -que pesada con el tarjetismo.
- No, no lo deseo, pero deseo dejar un par de cosillas -Fuera el frega-suelos.
- Cuartea y ocho noventa y cinco. 
- Dejo las pastitas de chocolate también; y ahora?. 
Mira mamón, cómprate una puta calculadora y deja de tocarme los ovarios. Sus palabras no suenan, pero yo las oigo igualmente. 
- Gracias. 
- A usted, bon día.

Me abro paso entre la lapidación de miradas y cuchicheos y llego agotado a la sortida-exit donde un chico, de rasgos orientales, me mira sonriente con un paquete de Donetes en la mano. 
Me suena. 
- Hola, qué sorpresa, Mario verdad? Nos presentaron anoche en 'la metro', estabas con Rafa y Agustín, del 'Sata'. 
- () Ah!, vale, ya me acuerdo. - Este es el tipo del que me previno la Sergia :

-Mário-n!, ven un momento - Me dice con la cabeza pa no bajar de la barra, las plataformas pesan un huevo- Al loro con el chino, mucho ojete, parece mu majo pero es el peor chapero que conozco, no creas nada de lo que dice, solo quiere liarte y lo hace por mero deporte, es un hijoputilla, de verdad. Un chupito?
-Prefiero una raya. 
-Es que hoy no me he traído bolso, no pegaba, pregunta a la Rafi.

Vale (menos mal que algo de memoria me queda), pues... bicho del que mantenerse alejado.

Quieres? Claro, me encantan los donetes! Golosillo. Me perdonarás pero no recuerdo tu nombre. Ya pasa. Yo me llamo Mien. Es coreano, pero todos me llaman por mi segundo nombre, Tomás. Qué gracioso!. Sí, el primero es por la familia de mi padre, y el segundo por mi abuelo por parte de madre, que es de aquí, pero mi sangre pertenece a una de las mayores dinastías de toda Asia, la dinastía Kefumo. Uala! Qué interesante no? No, para nada, y menos en España, no puedes encontrar trabajo si tu currículo está encabezado por el nombre Mien Tomás Kefumo. No me toman en serio. Vaya putada.
Es graciosísimo el niño, cómo raja. Es verdad que nada de lo que dice es cierto. Creo que llamaré a la Sergia, para que sepa con quién estoy, le diré que llevaba Donetes y no pude resistirme, que luego se lo cuento en el Sata, y que si no vengo, que llame a la policía, o a cualquier cosa con uniforme, y que se apunten, que estaremos en casa.

- Joves, q'heu d'estar aquí a la porta destorbant? En aquest jovent no els hi entra el civisme, eh...?

Deja que te ayude, nunca te he visto por aquí, yo vengo mucho. Yo no, es la primera vez. Qué casualidad ¿vives cerca? No lo suficiente. Tengo la moto ahí, ¿te acerco? Genial, he triunfao.
(. .) Tú sabes que me prostituyo verdad? Barcelona es un pueblito al final. Y menos mal. Qué tal el gremio? Bien, no solo estoy al pié del cañón también muevo nuevos talentos, te interesa? -La compra está desparramada por el suelo y yo me acerco en plan peli con dos vermús en la mano, divina de la muerte, con aceituna y todo-. Tú crees que serviría? Eres muy guapo, te atreverías? No me puedes dejar mal, la mala fama se mueve rápido. La cuestión es que, con según qué clientes, a mí no se me levantaría, seguro, tendría que saber quién es previamente, vaya, para hacerme a la idea. Tranki por eso, es cuestión de practica y habilidades, si tienes algo especial que ofrecer, puedes elegir; te puedo diseñar un perfil y buscarte dos o tres clientes que encajen contigo; son mayorcetes, normalmente, elegantes y agradables, con doble vida y un montón de pasta. Algún trabajito duro habrá que hacer para cubrir bajas, somos un equipo, ya sabes. Hombre, podemos hacer cena con polvo, yo soy cocinero, eso sería la bomba.- Se ríe el cabrón- ¿No tendría que pasar una prueba o algo, primero? Ésta es la prueba. 
Me acerco más, insistiendo en el rodaje de la peli en mi cabeza, el guión está quedando... bueno ahí, está quedando. 
Pero mi recién contratado 'agente por un día' (así figurará en mi colección de profesiones) sigue en su realidad.
Quiero besarle y pasa de mí, aunque me abraza, pero de forma meditada,  por zonas. 
Me coge la cintura, luego la espalda, casi midiéndola, luego el culo.
Me huele, me toca el pelo y finalmente mete su lengua en un beso perfecto y frío. 
Solo falta la libretita de notas. 
Casi puedo oírle memorizar datos. 
Me acompaña a la cama, se quita la camiseta, me pone a cien.
Desabrocha mi pantalón con una agilidad impresionante y me come el rabo. Oigo cómo memoriza su profundidad, toda. 
Luego, siguiendo con el casting meticulosamente, agarra mis piernas con las dos manos, primero una y luego la otra, como contando para cuantas lonchas dará este cerdo.
-Estás un poco flaco, igual no será tan fácil como pensaba, pero veré qué puedo encontrarte. Los hay que buscan gente normal. Qué tienes, 22? 
-No, 27. 
-Bueno conmigo serán 22, colará. Venga, hasta luego, ya te llamaré cuando salga algo, y lee mucho, tienes que hablar mejor. 
Se va. 
Así tan pancho el guapo. 
Sin mi número, por cierto, como en las pelis que se van sin pagar y sin comer. 
Me ha dejado tumbado boca arriba en la cama con una erección del copete y trescientas interrogantes sobre mi cabeza que desbordan la viñeta del día.

MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXVI. La cola del baño..

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MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXVI. La cola del baño..

No soy capaz.
Me pierdo en mi escasa capacidad.
No es una lamentación no, que va, es mi intención inútil de ir siempre por delante de no sé exactamente qué.
Quiero estar perdido ahí en medio de vete tú a saber dónde.
Estoy agotado de romper un muro que simplemente tengo que bordear. 
Observo desde el cenital, pero lo veo tan claro como indescifrable.
Y cansa, cansa mucho.
Cansa esta racha de pobrequépena.
Me retuerzo entre mi vacío pa ver si acurruco un colchoncito de apiadatedemis en el que dormir un rato.
Soy un bebé otra vez, en viejo.
Entiendo menos a cada momento y, por bebeviejo, no consigo estallar a llorar, chillar ni reír.
Vaya un bloqueo de cojones.

Levanto la cabeza y pego un latigazo de mirada a un cuadro que me sé de memoria : La cola del baño.. 
Es Miércoles, bueno Jueves, y estamos todos en Distrito porque los Miercojueves no hay otro after en Barcelona, no después de las 8, no que valga la pena. Localazo y musicón con terraza chill-out, cubierta. Todavía no existe el James Dean, ni la Bignau, ni el Sex, ni el Falo del fin del mundo, ni el Queen Mary, ni el Sotavento, ni el Soley, ni el Tijuana, ni el White, mi favorito, ni el Heart, ni la Luna, ni el Zépelin, ni la nave, ni el puerto... Ni siquiera el Aurora ¿el Barato? Ojalá.. 
Así que la mezcla incluye: Un siniestro y un heavie, de punteros, en plan 'no, a ésta te invito yo'. Una mariliendrix con dos que se visten de Beatles. Cibernética perdía. Y ese que no sé de que va. Vaya, todo el gremio en forma de raya, en la puerta del váter. Para rematar, estamos en temporada de corazones azules, puro amor. Por eso la cola no corre, me la pela, vuelvo a bajar la cabeza.

Vivimos en un puto caos social del que participamos sí o sí (a mi nadie me preguntó), sí claro, puedes salir, no me toques los cojones. Tampoco tenemos capacidad de comunicación, pero estamos absolutamente seguros de que sí, más que nadie en el planeta. Mi sensación es la de millones de informaciones viajando de manera confusa en el tiempo y el espacio a espera de alguien que nos diga cómo usarlas, cómo interpretarlas, cómo identificarlas. Como borregos.

Vale, ya solo quedan tres drogamigos, ya me han dicho que entrarán juntos, ya levanto el brazo para que me vea la Chari y el otro y los que se sumen de camino. Me va a sentar de puta madre.. Abajo, el grupete de víboras está haciendo corrillo, es como el juego de las sillas pero en rayas, pa que nadie los vea, son mis héroes. Váter con vistas, un placer. Cuando suben, la Charo se equivoca y se pone en la cola de verse las pollas, en vez de en la de la puerta. Bajo la cabeza otra vez y la sujeto con una sonrisa que se toca por detrás.

Estamos completamente obsesionados con acumular información; sí, ya.. lo sé.. eso también lo sé..y si no.. seguro que me suena.. pues no soy yo nadie.. Estamos mal educados. Se sabe, pero nadie hace nada. Bueno, nadie es demasiada gente; digo en general; salta a la vista, ni padres, ni instituciones pertinentes, ni la madre que los parió a todos. Todo es muy lento y no lo parece..

-Mario hijo! pensábamos que te habían momificado o algo peor, que lentas, por Dior! Yo las llevo hechas ya, pa abreviar. Mira, se apuntan éstas, entramos todas verdad? Hasta seis da. Está medidísssimo. Uy, esa es pa echarla de comer a parte, que no me vea por-fa-vor.

Quién lo está haciendo tan mal? Quién manda en todo esto? Solo se avanza si producimos más, y producimos más si somos más; ala, a parir como conejos. Dedicamos años y millones a estudiar y eliminar todo tipo de plagas naturales pero no sabemos lidiar con nosotros mismos. Somos una infección supuestamente inteligente.

-Por cierto tengo medio corazón para ti, lo quieres ahora o te lo guardas para el postre? Me lo ha dao la siniestra, te acuerdas? Muy maja o majo, yo no me aclaro.
-Uf! no sé.. venga dame. Por cierto, la siniestra no 'entiende', creo que te quiere comer las tetas, es su obsesión.
- De ti no me creo nada que siempre estás liando al personal. 
Maricón, que no son lacasitos! 
Bueno, como sea verdad lo de la siniestra me lo como enterito. Me pone un montón.
- Niña, paso de la raya, que me lo corta todo, os dejo mi sitio en la cola, ciao!.
Vacilo un microsegundo porque la terraza cubierta está en su punto, pero la sangre me tira para la oscuridad a la derecha.
La pista de arriba me hace creer que fue un tiro de poper en vez de media hora de espera. Me coloco junto al bafle y floto. Me sube la de antes. La música okupa mi estómago y se cuela entre los pulmones.

Lavados, trinchados y añadidos a un rehogado de miedos que forma parte de un estofado de mentiras. Quién coño va e ser el primero en acabar con tanto fast-food social? El mundo tiene ardores.

Madre mía que puestazo. Creo que voy a hacer, si no te importa, un doble salto mortal, y cuando toque tierra, voy a salir disparado hacia arriba y cuando me canse, me dedicaré a planear por donde me salga de los cojones. Hasta ahora .. .. ..

Bajo a la pista más hausera y a la terraza y a la calle antes de querer realmente salir. En la puerta me cruzo con Candyman y Pacopepe, pin y pon éstos dos. Cómo está esto? Fatal, no vale la pena ni que entréis. Tú sí que estás fatal, toma, te regalo las gafas. Qué grande, te las doy luego, he oído que inauguran after nuevo.
Es de día, día de luz maravillosa. De entre tanta luz y tanta maravillalalala aparece Agustín, como en un video-clip; me dice que luego van a su casa, que la Doroty se va a meter en la bañera porque quiere hacer de sirenita, un cuadro, que si voy muy lejos coja un taxi de vuelta que él vive aquí al lao, y que todos los taxis saben donde vive la Agustina (Eso es verdad).
Yo me subo a mi sonrisa y llego al metro. 
Increíble. 
Enorme. 
Sin pensar, me coloco en el lado del andén que creo correcto y disparo miradas a diestro y siniestro. Mi radar localiza a un guapísssimo que no deja de mirarme miratúpordónde. Está en frente mío. Me siento capaz de hacerlo levitar hasta mi lado pero no es necesario, llega el tren y resulta que, en esta estación, se accede al vagón por ambos lados.. ñam.

MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXVII. Último capítulo.

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MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXVII. Último capítulo.

Nos levantamos, a la vez, y me baja los pantalones con la mirada. 
(Ah vale, que no te has leído el resto de capítulos. Tocagüevos. Pues éste es un tío que encontré frente a mí en el andén del metro al salir de un after en una época distrítica. Y pensaba hacerlo levitar hasta mi lado, pero parece que será más fácil que eso; demasiado fácil). 
Al entrar en el vagón decido ponérselo chungo. 
Me siento, rodeado de diurnos, en el rincón más lejano a su contacto casual, y de espaldas. A ver qué hace ahora. 
Le pierdo la pista preparando la estrategia para buscarle, en caso necesario, en este mundo de recién levantados.

-¿quieres que te coma la polla?

Se escribe así porque es así.
De golpe, siento alguien por detrás que quiere decirme algo. Pienso cualquier algo menos ese.
Como no dispongo de palas para practicar una descarga eléctrica en el corazón de la abuela sentada a mi lado, decido levantarme y creer que sobrevivirá, que yo tengo prisa.
El tipo es tremendo ahora que lo veo bien. No solo está buenísimo si no que es de lo más 'voy a comprar el pan' que he visto en mi vida. Pero hoy está muy muy suelto. El poder de los corazones, sobretodo los azules. 

- Vives muy lejos? 
- Un rato, con trasbordo en Universidad. 
- No importa, podemos ir? 
- Yo voto que sí, y como ya hemos ganado, no preguntaremos a nadie más. 
- Pero yo solo quiero comerte la polla, vale? 
- Sí hijo, ha quedao clarísimo. 
- No, es que me ha dao por ahí, es lo que más me apetece.

Luego se mezcla la salida del metro con su empujón sobre mi cama. Las caricias de calle con su forma de descubrir mi bragueta. Los mini de chocolate con mi semen escupiendo en su cara, tres veces.

- Qué bien, goteo, gracias. 
- Gracias a ti colgao, pero ya te vas? 
- Sí, ya te dije.. 
- Ya, la polla y punto, pues nada chico, la verdad es que ha sido un placerazo. 
- Para mí más, ¿ sabes donde es el próximo after? Me dijeron que hoy había otro. 
- Será el nuevo en Diagonal, no sé si con Enrique Granados, no espera con Balmes creo; mira tengo un pase y pone chupito, tú no digas nada en la puerta, seguro que entras con esto. 
- No vienes? 
- ( .. ) No . 
- Qué pena, encantao, nos vemos. 
- Como te dije, un placerazo.

Madre mía, tendría que ser el último capítulo pero ahora no puedo, entre el orgasmatrónik y el puesto de largo que llevo .. Además, acabar en pleno flash back, queda feo, no? Mejor me cuelgo de la parra hasta ver qué se me ocurre hacer con esto, déu.

Cierro los ojos y se repite al cien por cien el tacto de su lengua. 
Puedo ver cómo me la mira, como habla con ella, empujando con la nariz, mimándola, mordiéndola. 
Acunando los testículos. 
Pintando las ingles en trasparente. 
Empezando al revés. 
Improvisando nueva ruta.
Olisqueando con atención en qué momento estoy. Haciéndolo crecer sin prisa y sin parar. Hasta que escupe tres veces y abre sonrisas. 
Cojo el gel. 
Recobro el momento frente al espejo del lavabo, de puntillas, con el culo apretao. Pero el orgasmo llega seco. Enorme y seco. 
Quiero hacerlo otra vez. 
Estoy pensando en salir a la calle a buscar a alguien que ayude, tal cual. Mejor me ducho.

MARIO DITIFET.
CAPÍTULO XXVIII. Tal cual.

Tal cual, salgo de la ducha y me preparo para la excursión. 
Es el tercer capítulo con el mismo colocón, eso merece un homenaje. 
Me ajusto una anilla a los huevos para marcar el botón que dejaré desabrochado en la bragueta de mis todoterreno. 
Me calzo el calzoncillo que escondo en el rincón de los Domingos, el único que queda limpio. 
Pantalón de estoy como estoy.. (El de ayer) y camiseta normalilla, la que pone 'No será para tanto.. ', siempre sonríen. 
Paso de afteres, hace un día maravilloso y tengo gafas nuevas. 
Es tarde para Montjuic, o pronto vaya. 
El plan será pues, rondar la sauna pero entrar ni muerto (si voy con el personal es como un video-juego de rayas, risas, chapuzones y, uy, se ha perdido.. Anda piérdete tú también, maricón. Un circuito-cirquito contínuo; en contraste con cuando voy solo, que se convierte en un supermercado, por el frio, por la música, y porque siempre están limpiando coño, no sé elegir las horas, digo yo). Me apetece un carajillo. De Veterano, por todo lo alto.
Camino hasta el Bocadillos Variados. Pienso que es un buen sitio para empezar la ruta, básicamente por cercanía. 
El bar es una barra y punto, pared de cristaleras a la calle. 
Quema, no sé si el coñac o el café, pero me cago en la puta y, a partir de ahí, me veo envuelto en una conversación, a viva voz, tan surrealista como acogedora. 
Somos: 
Mi tía rubia de 57 que viene de su última visita, dice que se trabaja más de mayor.. 
El yonki de nuestra calle que se está quitando.
Los hermano-hermana que llevan el negocio como pueden.
Y mi repartidor de Fontvella, que me trae loco entre els tres tombs y el Sésamo, en la acera de enfrente. 
Me veo desde fuera, soy el colgao de la esquina de la barra, me encanto, tengo palco. Dejo de verme. Lo que pasó mientras, te lo vas a perder. Dos piedras. 
El tema es que ya he cambiado el aguachirri por las cañas, estoy sentado, cómodo, más borracho que drogado, y ya son las tres de la tarde. Entro a currar a las cinco. 
Nene!(hablo solo) que tú tienes aún tu papela en el bolsillo desde la cola del baño!. Qué fuerte! Me toco y es verdad, he triunfao. 
Opto por un take-away vía 'paki' y me concedo dos horas conmigo en casa, a ver qué. Luego a la cocina con la peña.
Mis años más enteros están llenos de días de tres días.


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Mylo Gonzalez presenta ..

MARIO DITIFET.

CAPÍTULO XXIX. Desintegra, pero no duele.

El corazón se me descuelga y revienta contra la cadera vacía. No hay vísceras, no hay nada. La explosión de sangre provoca un tsunami cuesta arriba que aplasta mi cerebro contra el cráneo en mil pedacitos pegajosos. El denso y el rojo se filtran por toda mi piel colgada del esqueleto como un albornoz empapado. Sobreviven mis ojos azules e incrédulos que observan cómo baja las escaleras por última vez, con esa elegancia que le caracteriza. 
Ni duele. Desintegra, pero no duele.

Quince minutos antes, mi mano abre la puerta en contra de mi voluntad. Me besa, me abraza doscientos segundos, me dice que me quiere (tengo una cajita llena de tequieros suyos con la esperanza de que algún día crezcan y sirvan para algo) y se despide: -Solo espero no encontrarte por la calle si voy con mis colegas, porque no sé si podré pararlos, cuando se plantean un objetivo no escuchan a nadie, la norma es 'no hay marcha atrás'.

Media hora antes, su boca y sus ojos solos en la cara, sus cejas sin cejas y su pelo sin pelo, sus orejas y su nariz temblando de frío y de miedo, se sienten nadie. Su voz la de siempre y sus gestos los de siempre, sus ruidos los de siempre, su determinación también. Dice que se escapó de la cárcel en la que vivía con sus padres en cuanto cumplió 18, no podía más. Que recuerda las cuatro veces que nos cruzamos en la vida. Dice que vivió un tiempo en la calle, que ayudó a otros. Dice que compartió piso y cuerpo con otra mujer, que fue de bares lesbo, de noche de vicio y se vació. Dice que la gente solo piensa en los nacis que mataron judíos, que no ven nada más, que están engañados. Dice que ha leído mucho sobre el tema, que yo lo entendería muy bien. Dice que no está de acuerdo con todo pero los ideales son claros. Tiene que ser esto porque si no no sé que será, dice. Tengo que irme, dice.

Una hora antes, la calle se hace música porque después de millones de horas el centro de mi pecho vuelve a sonreír. La casualidad me trae de nuevo a Carmen un rato, pero me la trae del revés. No puedo creer que te reconozca con esa pinta, tía, casi no eres tú .. pero sí. Estaba a punto de decirte lo mismo. Dónde va ésta envuelta en 'bomber' y botakas dr. Martin's? Nos reímos, y nos abrazamos hasta que queremos parar. Porque sí. Está impresionante. Ahí debajo camina la mujer de mi vida. Antes de subirte a casa, tú sabes que soy maricón, no? Salta a la vista, anda tira, no quiero que nos vean juntos, vives muy lejos? No, estamos en la puerta. Qué fuerte, ayer pensaba en ti y he venido a buscarte a la puerta de tu casa, nuestro radar sigue funcionando ¿sabes que jamás bajo a este barrio? Su naturalidad pesa más que su imagen. Carmen, cariño, radar el tuyo, hija de puta, pasé años pensando en tí, mi radar está jodido. A parte, te has vuelto loca niña, dime que ésto es solo por fuera, 
( ) No.

veintidós años antes, estoy sentado en una ruina romana de Tarragona comiendo el bocata que preparó mi madre para la excursión del cole. Chorizo con Tulipán. Es la primera vez que la intuyo, siento cómo será su pelo y su olor y su piel, sé que le gustará el viento y que sonreirá siempre. Miro a mi lado ilusionado pero no es ella .. Faltan ocho años más para que sea de verdad.

Ocho años antes, acabo de llegar a este mundo, muerto, porque antes de nacer sabes lo que pasará a lo largo de tu vida y decido que no vale la pena. No quiero sobrevivir en 'stand by' mientras le veo o no le veo, toda una vida de espectro a cambio de unos meses de plenitud.

Un microsegundo después resuelvo que quiero vivir porque antes de nacer sabes lo que pasará a lo largo de tu vida y decido que vale la pena. Y lloro con todas mis fuerzas.



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Mylo Gonzalez presenta ..

MYLO GONZALEZ
DESCAPÍTULO I. Descapítulo.


Hola, soy Mylo Gonzalez. 
Yo imaginé a Mario Ditifet para que pudiera escribir todos estos capítulos que no te has leído. A mí me resulta imposible. No he sido diseñado para eso (pero puedo lamerme el culo sin esfuerzo, eso es una ventaja). 
El caso es que se me desintegró y ahora lo he perdido. 

  1. No está muerto no, igual un poco cambiado, los personajes de cómic son inmortales, o deberían.


Me aburro. Me siento desnudo. Me solapa una rutina que no estoy dispuesto a aceptar.
Estoy atrapado en un descapítulo, bpf!

Me levanto de la alfombra y me dirijo al pasillo en busca del hueso, lo voy a esconder que se ponen muy pesaos cuando vuelven. Son muy nerviciosos los niños. 
Me gustaría sacarlos más, pero cada vez que lo intento, me piden que me quede para vigilar la comida mientras ellos buscan más. 
Son raritos sí, pero tan monos. Parece que entienden lo que les digo. Igual claro, siguen siendo lo que son. 
Cuando por fin los tengo en la calle me vuelvo loco dándoles señales para que aprendan los mejores lugares donde marcar, o cómo oler un culo o acercarse a otro macho... 
como si nada. 
Van por la vida dando tumbos como idiotas, y están emperraos en cogerse de la cuerda, como si fueran ciegos. 
Lo hablo con los chicos en la calle y están igual, o peor. Es muy difícil cuidar de ellos pero tenemos que hacerlo, sino.. pobres.

Mierda me pica al cola pero ahí no llego. Me voy a volver loco si no encuentro a Mario. Tengo que salir.
Justo como presentía suena la puerta 2, y suena la bicicleta del rubio. Voy a estirarme como si no me enterara, dicen que así se quedan más tranquilos.
El rubio entra por la puerta 1 hablando solo como de costumbre, y rascándose la oreja con la tele pequeña (siempre la derecha, igual tiene algo dentro). 
Yo paso. 
Mierda, va a quitarse los tapa-pies, voy a darle un poco por el culo a ver si salimos. 
Me encanta los sonidos que hace con la boca, es super agradable (Tienen una capacidad increíble de vocalización; aunque rara vez la utilizan para comunicar, da la impresión de que se entienden bastante bien entre ellos). 
Se vuelve a colocar la última capa de ropa (pueden soportar más de tres), eso quiere decir que me ha entendido y vamos a salir, pero le quedan aún un par de vueltas por la casa, qué pesadilla. 
Si encontrara otra china por el suelo me la comería ahora mismo, son un poco ratas con el tema, y mira que ellos se ponen finos. 
Ah! Mira, parece que ya está. Te ha costao, maricón. Sí anda primero jugamos con el collarcito de los cojones y luego te dejo que me lo pongas (Te parecerá raro pero es el camino más directo). 
Si quiero encontrar a Mario tiene que ser en la calle. 
Ojalá recordara dónde imaginé que vive .. 
Prueba superada, salimos!

Aihng qué excitación! No puedo quedarme quieto y mi cola se ha vuelto loca. Odio esto, parezco idiota.
Ahora lo primero, según dicen, es llevarles la contraria un poquito, para que luego crean que tienen el mando, y dirigir yo por fin (no me lo acabo de creer).
Parece que funciona, igual con éste es fácil, le encanta dejarse llevar, es un amor.
Sol no va a quedar mucho, lo cortan, pero dejan la calefacción, perfecto para pasear de noche. Ya sé dónde encontrar lo que perdí..

MARIO DITIFET
CAPÍTULO XXX. Me haría monja pero adoro los espejos.

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Mylo Gonzalez presenta ..  


MARIO DITIFET. CAPÍTULO XXX. 
Me haría monja pero adoro los espejos. 

Desde que la puta ecología se filtró en mi casa hay una bolsita escondida bajo la pica de la cocina nunca llena del material más pesado. 
Ceniza y polvo casi todo. 
Sin muchos objetos, salvo alguna confusión o pereza. 
Ah! Y un condón que usé para una paja (¿cómo te puede dar morbo un condón?!) 
De ahí, tengo que rescatar una colilla si quiero no salir a la calle. No-calle es mi obsesión últimamente. Recuerdo haber tirado un cigarro a medias ayer o antes.  
Y quiero cocinar. No, no es frikismo a palo seco. Es que van a ser seis meses acumulando excusas para no tocar un fuego.  
Cuando me desintegré, empecé a hormonarme a base de miso y bocatas de atún con facebook. Me salió minifalda en el cerebro. Pero ni tetas ni nada. 
Abandoné a Mylo, la cocina y la bici.  
No he parao de celebrarlo.  
Pero eso se acabó. 
Mylo me encontró en la poca calle que he pisado desde entonces, Montjuïc claro, y me puso a caldo, ya te contaré.  
Etapa superada, espero. 
A ver la nevera ..  
¿Estará encendida? Yo creo que estoy malgastando bombilla: 
Eco-huevos, dos; me dio por ahí, la primera vez en mi vida que los compro, fue antes del encierro, super bien. Cualquier día salen pollitos corriendo por toda la casa, pollitos de pingüino en este caso.  
Mantequilla en cajita que, cuando cocinaba, nunca utilicé. Es como de la familia, si limpio la puerta no la muevo y así la limpio también.  
Un paquete vacío y arrugado, en tres tonos de color, del mencionado miso. La última vez no le puse la goma y resecó un pelín.  
Leche de avena, la barata. Es verdad, la compré hoy, no me acordaba. Bajar al 'paki' es como ir a la cocina.  
Y nada, menos una alcachofa y un blanco a medias. Regalo de la última visita debe ser. El Sergi o la Valle con su hermana, no sé. Mi casa recibe más visitas desde que desaparecí. Gente que desaparece un rato conmigo. 
Me encanta. 
Además adoro las alcachofas pero odio cocinarlas, son un coñazo. 
Vale, ¿cuál es el plan? 
Decido que todo va a depender de como sea la colilla. Suelo apagar cigarros recién encendidos, nunca sabes cuando los vas a necesitar.  
Ahí voy, casi debería usar mascarilla, sin embargo resulta fácil y rápido, mira qué bien. La inspección del material rescatado debe ser minuciosa si se pretende restaurar y, efectivamente, ese es el caso.  
Pensar en encenderlo y recalentar el café de ayer me da ganas de cagar. Ahora puedo cambiar el orden de los factores, vuelvo enseguida. 
Ya he vuelto. Estoy decidido a cocinar. 
Mis manos y mi culo están absolutamente limpios.  
Mi boca, sin embargo, sujeta medio cigarro apagado rebozado en polvo de ceniza y de lo que recojo al barrer, una vez al mes aproximadamente.. Mejor fumo luego. 
La alcachofa me mira y me explica cómo limpiarla.  
Retiro todas sus hojas traseras, las más evidentes, y le corto un poco el rabo. Cuidado dice, no cortes demasiado, en el rabo está lo mejor.  
Yo la entiendo perfectamente, así que voy con mucho cuidado cuando le quito todo el verde con la facilidad de un plátano.  
Decido no tajar el morro porque me parece un timo, dónde se ha visto una alcachofa sin alcachofa? venga hombre!
Como el que escupe en la bañera la rajo completamente en plan bocadillo, pim pam. Tendré que afeitarla. 
¿Cuchillo nuevo? 
Sí hija, ¿te he hecho daño? 
No, ha sido un placer. ¿Has dicho que me afeitabas? 
¿Te apetece? 
Por favor, y acaba rápido que espero el vino blanco, o me pondré negra .. 
Estás de suerte me quedan justo dos copas.  
Le retiro el bigote en dos puntillazos. Cocinar es como montar en bici, cansa, pero mola.  
¿Un poco de sal? 
Mmm gracias, ¿no tendrás pimienta? 
Déjame ver .. Yep, tú dirás. 
Sin miedo nene, adoro la pimienta. 
Pues venga, ya tienes el horno calentito. 
Ahora en un ratito échame un vistazo, y si te parece me cubres sino, me tuesto de más. 
Vale, cómo sabe la jodía. 
Si pongo unas alubias en agua podré aguantar tres días más sin salir. 
Reaparecer me está costando más de lo que quisiera.  
La pereza es totalmente capitalista. 
Me haría monja pero adoro los espejos.  

MARIO DITIFET. CAPÍTULO XXXI. Recopilatorio.

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Mylo Gonzalez presenta..
MARIO DITIFET XXXI
. Recopilatorio.

He decidido redactar un recopilatorio improvisado, rescatado de la memoria que carezco, para poner fin a esto que llamo capítulos, deshaciéndome así de Mylo, de mí mismo, y de tí, que acabas siendo el 
más imaginario de los tres. 
Más no me puedo esconder. 
Es como dormir con tres mantas sobre el nórdico, no sirve para nada pero mola que pese.
Igual lo de recopilar me da pereza. 
No salgo de mí. 
Me enrosco como una cochinilla o bicho bola. 
Tengo que cerrar esto:

La propuesta fue un bocadillo de imaginación de perro. 
La digestión fue yo.
Mi existencia comenzó con un porro, dejando salir inconexiones una tras otra.
Un poco para presentarme, un poco para que desistieses de buscarle sentido al rollo. 
Me inventé un trozo de infancia y te llevé hasta mis muertos. 
Escribí un cuento para el profe que no me enseñó a escribir, pero tú crees que pasó de verdad.
Me encontré con mi marcianito, eso sí fue verdad.
Te hablé de mi gran amiga la tele.
Recodé como me sacudieron las entrañas, me puse cremallera, claro.
Le comí el coño a mi hermana y dediqué todo un capítulo a hablar de lo mucho que follé. No, no me interesa tu opinión.
Puse a parir mi educación religiosa. 
Me metí una raya de M pa escribir, la cagué.
Recordé a patadas.
Soñé continuamente. Se me cayó una pesadilla.
Pasé horas entre el pasado y el futuro, dando saltos.
Me enamoré casi siempre. No conseguí prostituirme.
Cuando quise terminar se coló la mujer de mi vida. 
Me desintegré y dejé colgado a Mylo por un capítulo. 
Lo descapitulé.
Luego me encontró.

Básicamente me sumergí en un colocón desordenado que desde aquí no tiene tanta gracia, como suele pasar con los buenos colocones.

Inmediatamente después es ya.
Me aburro, dimito. No funciono.
Quisiera acabar como empecé. Me voy a hacer un porro a ver si sale un final dignillo, permiteme dudarlo antes. Voy.
Primero me torro una rodaja de pan de pages, la lleno de aguacate y jamón, con mermelada de pimiento rojo, pa cagarse de buena. Voy.
Vino, una copa de Ètim 2007, negre. Voy.
Mierda me meo.
Mira, 
sabes qué, 
mejor lo dejamos y punto. DITIFET..